Desayuno al aire libre (1910), Carl Larsson (1853-1919)
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Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
10 comentarios:
Qué extraño. La obra es preciosa, pero noto cierta diferencia con las escenas de interiores.
Si no fuese por el niño de la camisa azul, que es absolutamente Larsson, no me hubiese parecido suyo.
No me importaría compartir ese desayuno...
Un besazo!
¿Quizás hay un punto más melancólico que en otras obras? Besos
Ay... Larsson :)
Me gusta dosificarlo para paladearlo mejor. Es un gustazo. Tiene muchas fans entre las visitantes de este blog, ¡me hace gracia!
¡Qué melancólica la mujer vestida de blanco apoyada en el árbol! pero a la vez me restulta alegre, como el resto de la composición, puede que simplemente esté evocando, enamorada, el beso que le dio su chico antes de irse al trabajo.
Si tú no lo dices no lo identificaría con Larsson.
Besos de buenas tardes :-)
Es bonita esa interpretación, Chusa. También podría estar imaginando el beso esperado, jaja! ¡Cómo vuela la imaginación!
Besos!!
Elvi, mira qué entrada más buena...
http://carpediemdeando.blogspot.es/1242308220/compartiendo-con-vosotros-/
Un beso.
Hola Io: me ha costado mucho poder abrirlo porque tengo la conexión un poco rara hoy, y la historia la he tenido que leer en el Washington post porque no se me abría el enlace. No me extraña nada el resultado de este experimento. He escuchado el violín de Joshua Bell y me ha gustado mucho.
Gracias y besos
Es una estampa muy bella. Un picnic bajo los chopos, todo el mundo atareado, menos el niño que observa y la joven, justo las dos figuras que destacan.
Yo creo que ella sueña con el príncipe azul!
Jaja! Muy posible. Eso del príncipe azul no conviene nada pensarlo. Mejores son los amores reales.
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