-Solamente las personas que tienen firmeza pueden tener una dulzura verdadera.
-Las personas débiles no pueden ser sinceras.
-Estamos tan acostumbrados a llevar un disfraz delante de los demás, que al final no podemos reconocernos a nosotros mismos.
-Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a aquellos a los que aburrimos.
-Normalmente sólo alabamos con gusto a quienes nos admiran.
-Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros.
-Cuando no podemos encontrar paz dentro de nosotros mismos es inútil buscarla en otra parte.
-Todos tenemos fuerza suficiente para soportar los males ajenos.
-Es más fácil ser sabios con otros que con nosotros mismos.
-El amor propio es el más grande de los aduladores.
-Lo que nos hace insoportable la vanidad ajena es que hiere la propia.
-El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.
-El deseo de parecer listo impide el llegar a serlo.
-Amamos siempre a los que nos admiran, pero no siempre a los que admiramos.
-Si no tuviéramos defectos, encontraríamos menos placer en señalar los del prójimo.
-El daño que hacemos no nos trae tantas persecuciones y odios como nuestras buenas cualidades.
-Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen.
-La verdadera prueba de que se ha nacido con grandes cualidades estriba en haber nacido sin envidia.
-Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance.
-Confesamos nuestros pequeños defectos para persuadirnos de que no tenemos otros mayores.
-Rehusar las alabanzas es desear ser alabado dos veces.
-Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.
-Todo el mundo se queja de no tener memoria y nadie se queja de no tener criterio.
-Algunos necios suelen tener ingenio, pero ninguno tiene discreción.
-Si nos resistimos a nuestras pasiones, es más por debilidad que por nuestra fuerza.
-La debilidad es más opuesta a la virtud que el vicio.
-En los celos hay más amor propio que verdadero amor.
-Los celos nacen siempre con el amor, pero no mueren siempre con él.
-No hay que ofenderse porque los otros nos oculten la verdad, cuando nosotros nos la ocultamos tantas veces a nosotros mismos.
-Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.
-Hay malvados que serían menos peligrosos si no tuvieran ninguna bondad.
-Es más necesario estudiar a los hombres que los libros.
François de La Rochefoucauld (1613-1680)
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6 comentarios:
Tengo un libro muy antiguo con los aforismos de La Rochefoucauld y de vez en cuando lo leo al azar.Ciertamente me ayuda.Hay otro escritor de la misma época francés llamado Chamford, que me parece buenísimo en sus aforísmos y que también releo constantemente.
Besos y un fuerte abrazo.
Hola Francisco: Yo leí uno hace 10 ó 12 años que me gustó mucho, pero me lo prestaron. Quizás me lo compre ahora en francés. También me encanta Joubert. De Chamfort he leído algunas frases citadas aquí o allá, pero no un libro entero.
Besos y un fuerte abrazo
Son todas buenísimas, conozco un par de ellas, las otras no las conocía y me han encantado.
El año pasado mi hija me regaló un libro de citas, de dijo "de las que te gustan, mami" y eran citas de risa, jajaja.... y que son muy buenas, por cierto.
Con tu permiso, Elvira, te he pispao unas cuantas.
Besos.
¡Cuánto sabe el tío de psicología! No se le escapa una. Es muy bueno.
Claro, así compartimos todo lo que nos gusta. Suerte que muchas veces pongo fotos hechas por mí, porque si no me parecería que yo no ponía mi grano de arena, que sólo recopilaba las obras de otros.
Buenas noches y besos
El deseo de parecer listo impide el llegar a serlo.
Voy a comentar esta frase: leí otra en el mismo sentido que decía "solo podrás enseñar cuando dejes de desear se maestro". Algo así. Lo que hay en el fondo es que solo se encuentra algo cuando deja de buscarse: la intensidad que ponemos en buscar impide encontrar. "Parecer" es un tema de imagen: nos importan los demás, dependemos de los demás, de su reconocimiento. "Ser", es algo natural, algo a lo que se llega (al cabo del tiempo, sin darse uno cuenta, es algo que ven los otros). Y eso no se puede anticipar, porque tiene su tiempo y depende de la maduración.
Estoy de acuerdo con La Rochefoucauld: el deseo impide la realización, por lo tanto, la regla sería no "no desear", sino renunciar a que aquello que deseamos llegue antes de tiempo. Hay un verbo para esto: malograr. No malograr. Para lograr.
Hola, Francisco:
Me gusta mucho como acabas: "la regla sería no "no desear", sino renunciar a que aquello que deseamos llegue antes de tiempo. Hay un verbo para esto: malograr. No malograr. Para lograr."
Yo intento aplicarme el cuento, pero a veces me impaciento con la vida, jaja!
El deseo también es un vector que nos pone en movimiento. Yo diría que el deseo de aparentar algo siempre es bastante absurdo. Pero desear llegar al fondo de las cuestiones, hacer algo bello, encontrar un cierto equilibrio en medio de los normales altibajos de la vida... esos me parecen deseos sanos, que nos llevan por buen camino. Esa cosa budista de no desear no me convence (la frase de Buda "La raíz del sufrimiento es el deseo"). Pero según dice Tony de Mello, se debería traducir como el deseo desordenado o ansia, el apego, y en ese caso creo que estaríamos todos de acuerdo en preferir no desear de esa manera. Porque así se malogran las cosas.
Buenas noches
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