-Es más moral perderse por las propias acciones que guardarse de todo.
-La vanidad carece de grandeza, y la grandeza, por tanto, no puede ser vanidosa.
Thomas Mann (La Montaña Mágica, Ed. Edhasa 2008, p. 724 y 769)
Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
28 comentarios:
Uno de los libro mas importantes del siglo XX, de lectura imprescindible.
Saludos
Hola Ulysses, bienvenido! Acabo de terminarlo hace un par de días.
Saludos
Grandísimas verdades, creo.
Hola Leo: Yo también lo creo. Respecto a la primera frase, me parece que los que "nunca se despeinan" por nada ni por nadie, están medio vivos solamente.
Acertadas frases las de Thomas Mann,extraídas de La Montaña Mágica, gran metáfora sobre la guerra.Excelente libro!
Gran autor, grandes frases.
un beso*
Hola Rayuela: me alegra que te hayan gustado estas frases que he seleccionado. Un beso
Hola Elvira,
Buenas frase, la primera es todo un mensaje para aquellos que por temor nunca se mueven, por temor o por desidia...quién sabe.
Siempre es un placer pasar por tu casa.
Feliz año y un abrazo
Hola María: me gusta verte de nuevo por aquí, que sé que has estado muy liada.
Sí, a veces es una mezcla de temor y pereza lo que nos frena o nos hace protegernos demasiado.
¡Lo mismo digo, guapa! Un abrazo
"Vanidad de vanidades..todo es vanidad"
Un beso Hada de las Flores.
P.D. No puedo llegar al blog de Escéptico-Jesús. Me ha dejado un comentario en el mío, pero su nombre no lleva a ninguna parte...Porfa Elvira dile que no sé cómo hacer, ni cómo llegue la vez anterior. Gracias por el recado.
Jó, nunca he podido leer ese libro.
Cuando lo estaba leyendo, lo tuve que dejar. Eran los últimos meses de la mili, había desarrollado un desagrado total al rancho, que siempre contenía cerdo grasoso, así que no comía más que el pan. Me moría de hambre y no soportaba las dietas de abundancia que se detallaban en el libro.
Después, me ha recordado la mili, así que estoy condenado a perdérmelo. ¡Y bien que lo siento!
De las dos frases, me parece espléndida la primera. En la segunda veo más un juego aritmético de palabras que no se sostiene en la realidad.
Hola Marina: es que a veces puedes clicar en su nombre y acceder al blog y otras no. Ve a mi lista de blogs y clica en Diario de un escéptico.
Un beso, guapa
Hola NáN: si te recuerda esa época en que lo pasaste mal, no puedes leerlo con agrado, claro. A mí las comidas muy grasientas me dan cada vez más repugnancia, aunque tengan buen sabor. Pero si comías solo pan, ¡qué hambre!!! ¿No había ni unas lentejas medio decentes???
A mí me parecen espléndidas las dos. Y la segunda no me parece un juego de palabras, yo creo que es cierto que la vanidad esconde pequeñez, es aquello de "dime de qué presumes...".
Ahora bien, se puede ser un gran físico, un premio nobel, y ser un impresentable en el trato, eso está claro. En ese caso podríamos hablar de distintos aspectos de la persona: como físico puede ser grande (ahí tuvo que ser humilde para llegar a algo), y como persona un pequeño hombrecillo.
Moral y vanidad.Sí, dos conceptos muy en boga y nada mejor que recurrir a los grandes escritores como Thomas Mann.
La vanidad es algo que está muy implícito en los seres humanos. Creo que somos vanidosos porque no aceptamos nuestra condición de insignificantes,porque lo somos ante el vasto mundo. Sin embargo, a mí me gusta esta insignificancia y disfrutar de los placeres sencillos.
Besos y un fuerte abrazo en esta mañana fría,mi querida amiga.
Muy buenas las frases de Thomas Mann...
Feliz Año, Elvira!! Espero que los Reyes te hayan traido muchos regalos y especiales lecturas.
Un abrazo!!
Me encanta la primera, Elvira.
Tampoco me parece moral guardarse de todo, es más moral intentarlo¡¡¡ aunque no por cualquier medio, respetando a los demás, también hay que tenerlo en cuenta (en eso seguro que estás de acuerdo)
acerca de la vanidad no me pronuncio: ¡¡me parece directamente odiosa¡¡
saludos congelados esta mañana en Córdoba¡¡
Hola Francisco: tienes toda la razón. ¿Por qué queremos ser importantes? Es un empeño agotador, pesadísimo y bastante inútil. Creo que hay grandeza en la humildad, y pequeñez en la vanidad y el excesivo orgullo. Disfrutemos de los placeres sencillos.
Besos y un fuerte abrazo, amigo (vengo de la Carretera de las Aguas y hacía bastante frío, pero con un sol muy agradable)
Hola María: Me alegra que te gusten. Pues no me han traído nada, la verdad, pero ya me encargo yo de comprarme los libros que me apetecen. Confío que hayan sido más generosos contigo. :-)
Un abrazo de año nuevo
Hola Pilar: totalmente de acuerdo, claro! La vanidad excesiva me parece aburridísima, aunque en dosis más reducidas todos la tenemos, supongo. Hasta hay vanidades disfrazadas de "qué poquita cosa soy", como la falsa modestia, que busca el halago en el fondo.
Un abrazo a la vuelta del paseo
Que bueno llegar hoy aquí y descubrir que le dedicaste una entrada a mi adorado Mann y a su Montaña Mágica, esa, que, como bien sabes, siento como mía, un libro en el que perderse y un libro al que siempre se puede volver ;)
Respecto a sus frases, estoy de acuerdo con él en ambas, es curioso como alguien como Mann, dotado de una genialidad que no admite dudas, con el riesgo de envanecerse que eso conlleva, tuviera tan claras las cosas que de verdad importan en la vida, supongo que eso también forma parte de su genialidad.
Como no podría se de otra manera, me encantó esta entrada que le dedicaste.
Un abrazo
No es malo tener un minuto, incluso algo más de gloria vanidosa y disfrutarla.
Los logros son esfuerzos personales, dignos de admirar por uno mismo y por los demás.
Ser petulante es lo feo, creo.
Ya imaginé que te gustaría, Vivian! Tu libro favorito. ¿Has leído sus diarios?
Un abrazo
Hola Aquí: la satisfacción por la obra bien hecha es normal y sana. Sí, ser creído, petulante o muy vanidoso es desagradable. En dosis razonables puede ser muy normal.
Buena lectura para estos días de frío!
La primera frase es muy acertada, la segunda es relativa, como bien has dicho Elvira. La vanidad en su justa medida es buena, no hay nada malo en autoreconocerse una labor bien hecha, es más, aumenta la autoestima.
Lo importante es dar con el equilibrio perfecto ¡y en eso andamos!
Besos.
Yo creo que el autorreconocimiento no llega a ser vanidad. La vanidad está más cerca de la excesiva autoimportancia y el autobombo, ¿no crees? Besos
Creo que vivimos en tiempos en los que la segunda frase apenas se ve cumplida. Y es una pena.
Creo que muy a menudo confundimos las cosas: creemos que la importancia o la fama es grandeza, y no tiene por qué ir unido. Hay personas con vidas que casi nadie conoce y que tienen una grandeza interior impresionante. Y al revés, claro: Importantillos de pacotilla... de esos hay unos cuantos!!
Pues la verdad es que no he leído sus diarios, posiblemente de lo poco que me queda por leer de él, igual cuando termine con los libros que me regalaron en estas fiestas me hago con ellos, no me gusta tener libros sin leer, una manía mía, voy comprándolos y leyéndolos y no compro ninguno hasta que no leí los que compré, porque normalmente suelo comprar más de uno, cuando me meto en una librería es como meter a una niña en una tienda de golosinas, me los llevaría todos jeje…
Besos
Hola Vivian: Pues yo tengo muchos libros que no he leído en casa. Necesito encontrar el momento adecuado para cada lectura.
Ya me contarás si lees sus diarios, deben ser muy interesantes.
Besos
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