En el Salón de la Rue des Moulins (óleo sobre lienzo y pastel, 1894). Henri de Toulouse-Lautrec.
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Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
9 comentarios:
Al ver estos cuadros me he acordado de mi viaje y visita a su museo, una experiencia extraordinaria.
Gracias y besos.
Elvira:
¿Vemos lo que vio Toulouse-Lautrec o, tal vez, lo que soñó? Posiblemente retrató la vida que vio y soñó y, tal vez, aquella que deseó. Conversaba sin palabras con el mundo de la forma y el pincel discurría sobre el lienzo y dejaba la imagen del recuerdo o el testimonio de la división, más social que biológica. Alguien dijo —he ahí la mujer—: ¿fue Toulouse?
Te felicito y doy las gracias.
Saludos,
Cecilio
Hola Isabel: no he estado, me apetecería mucho visitarlo.
Hola Cecilio: me imagino que vemos lo que vio, pero naturalmente alterado por su mirada particular y única.
Besos a los dos
Una idea excelente que hayas puesto las dos versiones.
Besos
Nunca me canso de ver sus obras. Creo que dentro de poco venden en el kiosco la pélícula de Huston sobre él.
El otro día estuve en el d´Orsay, y me recreé con sus pinturas.
Me alegra que te guste, Virgi.
Hola Tawaki: yo no la he visto, o no la recuerdo.
¡Qué envidia, Adelaida!
Besos a los tres
Muchas horas le echaba Toulouse a la contemplación del personal de los salones.
Pues sí, es uno de sus temas predilectos.
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