Ocimum basilicum. Fotografía: Elvira Coderch
Nombre científico:
1.-Ocimum basilicum (la albahaca de hojas grandes)
2.-Ocimum minimum (de hojas pequeñas y olor más delicado, a la que se atribuyen idénticas cualidades)
Español: Albahaca (1), Albahaca fina (2)
Inglés: Basil (1), Bush Basil (2)
Familia: Labiadas
Historia: El nombre castellano de albahaca proviene del árabe al-habaq. Basilicum, en el nombre científico, según algunos hace referencia a la palabra griega basileus que significa rey. Otros lo asocian al animal mítico llamado basilisco, que podía fulminar con la mirada o matar con el aliento. En castellano todavía se utiliza la expresión ponerse como un basilisco (muy furioso).
Es más efectiva la albahaca fresca que la seca. Se administra por vía interna como diurético, para resfriados y gripe, malas digestiones (especialmente recomendada para la náusea y los vómitos), migraña, depresión, insomnio, ansiedad y agotamiento. Externamente para el acné e infecciones en la piel, pérdida de olfato, picaduras de insectos y de serpientes. Desde épocas muy remotas (mencionado por Dioscórides en el siglo I), en África se masticaban hojas de albahaca para aliviar el dolor de las picaduras de escorpión. También la recomiendan muchos autores para aumentar la producción de leche de las mujeres que crían.
Hildegarda de Bingen, la abadesa benedictina del siglo XII, nos dice de esta hierba: “La albahaca es fría. Una persona que tenga la lengua paralizada de modo que no pueda hablar, que ponga albahaca bajo la lengua y recuperará el habla. Pero también quien tenga fiebre alta, terciana o cuartana, que haga hervir albahaca en vino, agregue miel, filtre la solución y la beba a menudo en ayunas y después de cenar, y la fiebre desaparecerá.”
Uno de sus componentes (estragol) puede ser perjudicial en dosis elevadas, por lo que no se recomienda tomarla durante largos períodos de tiempo, ni administrarla a mujeres embarazadas o niños.
Sobre sus usos, dice P. Font Quer: “Cuando se desconocían remedios más eficaces contra los mosquitos, la buena moza os traía un ramito de albahaca para que, colocado sobre la almohada, os ayudara a pasar una buena noche; si no venía ella misma, tras la albahaca, para desmosquitaros mejor.” Este gracioso comentario de Font Quer nos recuerda la asociación entre la albahaca y la sexualidad, presente en varias tradiciones populares, como por ejemplo en los países árabes, donde se considera que su aroma es un potente afrodisíaco.
A menudo se le han atribuido propiedades mágicas: se decía que el olor de la albahaca provoca simpatía entre dos personas, y por eso se utilizaba para calmar a los amantes que habían reñido; o que espolvoreada sobre la persona amada mientras duerme, asegura su fidelidad. Asimismo, en Cuba, según nos cuenta Tomás Roig, “una cierta parte del pueblo le atribuye propiedades maravillosas para ahuyentar los espíritus y los maleficios.”
Los antiguos egipcios quemaban una mezcla de albahaca y mirra para calmar a sus dioses y embalsamar a sus muertos.
En la India, país de origen de esta planta, se considera una hierba sagrada dedicada al dios Vishnú y a Krishna, y se le atribuyen cualidades protectoras. Allí hay la creencia de que si se pone una hoja de albahaca sobre el cuerpo de alguien que ha fallecido, se asegura su entrada en el paraíso.
Los judíos utilizan esta planta durante los períodos de ayuno para que les dé fuerza.
En Grecia antiguamente estaba asociada al odio y a la mala fortuna, y creían que se debía maldecir mientras se sembraban las semillas de albahaca para conseguir una buena cosecha. En francés aún existe la expresión semer le basilic (literalmente: sembrar la albahaca), que significa utilizar lenguaje impropio.
En Italia y otros países es muy valorada en recetas de cocina: por ejemplo, como principal ingrediente de la famosa salsa al pesto que adereza tantos platos de pasta.
El aceite esencial de albahaca fortalece el sistema nervioso y alivia el estrés, calmando la ansiedad.
1.-Ocimum basilicum (la albahaca de hojas grandes)
2.-Ocimum minimum (de hojas pequeñas y olor más delicado, a la que se atribuyen idénticas cualidades)
Español: Albahaca (1), Albahaca fina (2)
Inglés: Basil (1), Bush Basil (2)
Familia: Labiadas
Historia: El nombre castellano de albahaca proviene del árabe al-habaq. Basilicum, en el nombre científico, según algunos hace referencia a la palabra griega basileus que significa rey. Otros lo asocian al animal mítico llamado basilisco, que podía fulminar con la mirada o matar con el aliento. En castellano todavía se utiliza la expresión ponerse como un basilisco (muy furioso).
Es más efectiva la albahaca fresca que la seca. Se administra por vía interna como diurético, para resfriados y gripe, malas digestiones (especialmente recomendada para la náusea y los vómitos), migraña, depresión, insomnio, ansiedad y agotamiento. Externamente para el acné e infecciones en la piel, pérdida de olfato, picaduras de insectos y de serpientes. Desde épocas muy remotas (mencionado por Dioscórides en el siglo I), en África se masticaban hojas de albahaca para aliviar el dolor de las picaduras de escorpión. También la recomiendan muchos autores para aumentar la producción de leche de las mujeres que crían.
Hildegarda de Bingen, la abadesa benedictina del siglo XII, nos dice de esta hierba: “La albahaca es fría. Una persona que tenga la lengua paralizada de modo que no pueda hablar, que ponga albahaca bajo la lengua y recuperará el habla. Pero también quien tenga fiebre alta, terciana o cuartana, que haga hervir albahaca en vino, agregue miel, filtre la solución y la beba a menudo en ayunas y después de cenar, y la fiebre desaparecerá.”
Uno de sus componentes (estragol) puede ser perjudicial en dosis elevadas, por lo que no se recomienda tomarla durante largos períodos de tiempo, ni administrarla a mujeres embarazadas o niños.
Sobre sus usos, dice P. Font Quer: “Cuando se desconocían remedios más eficaces contra los mosquitos, la buena moza os traía un ramito de albahaca para que, colocado sobre la almohada, os ayudara a pasar una buena noche; si no venía ella misma, tras la albahaca, para desmosquitaros mejor.” Este gracioso comentario de Font Quer nos recuerda la asociación entre la albahaca y la sexualidad, presente en varias tradiciones populares, como por ejemplo en los países árabes, donde se considera que su aroma es un potente afrodisíaco.
A menudo se le han atribuido propiedades mágicas: se decía que el olor de la albahaca provoca simpatía entre dos personas, y por eso se utilizaba para calmar a los amantes que habían reñido; o que espolvoreada sobre la persona amada mientras duerme, asegura su fidelidad. Asimismo, en Cuba, según nos cuenta Tomás Roig, “una cierta parte del pueblo le atribuye propiedades maravillosas para ahuyentar los espíritus y los maleficios.”
Los antiguos egipcios quemaban una mezcla de albahaca y mirra para calmar a sus dioses y embalsamar a sus muertos.
En la India, país de origen de esta planta, se considera una hierba sagrada dedicada al dios Vishnú y a Krishna, y se le atribuyen cualidades protectoras. Allí hay la creencia de que si se pone una hoja de albahaca sobre el cuerpo de alguien que ha fallecido, se asegura su entrada en el paraíso.
Los judíos utilizan esta planta durante los períodos de ayuno para que les dé fuerza.
En Grecia antiguamente estaba asociada al odio y a la mala fortuna, y creían que se debía maldecir mientras se sembraban las semillas de albahaca para conseguir una buena cosecha. En francés aún existe la expresión semer le basilic (literalmente: sembrar la albahaca), que significa utilizar lenguaje impropio.
En Italia y otros países es muy valorada en recetas de cocina: por ejemplo, como principal ingrediente de la famosa salsa al pesto que adereza tantos platos de pasta.
El aceite esencial de albahaca fortalece el sistema nervioso y alivia el estrés, calmando la ansiedad.
2 comentarios:
Cuánta información, qué bien. Si la albahaca me gustaba muchísimo ahora todavía me gusta más. Un beso.
Hola Jesús: Es una de mis hierbas favoritas. Y otras muchas de su familia lo son también: el romero, el tomillo, la menta, la salvia, la consuelda menor... todas ellas se recomiendan para muchos temas de salud. La salvia y la consuelda han tenido fama de panaceas, como hierbas medicinales.
Un beso
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