La princesa y el guisante, ilustración de Edmund Dulac (1882-1953)
"Por la mañana le preguntaron qué tal había descansado.
-¡Oh, muy mal! -exclamó-. No he pegado un ojo en toda la noche. ¡Sabe Dios lo que habría en la cama! ¡Era algo tan duro, que tengo el cuerpo lleno de cardenales! ¡Horrible!
Entonces vieron que era una princesa de verdad, puesto que, a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones, había sentido el guisante." (Leer el cuento de Hans Christian Andersen aquí).
Para mí este cuento habla de la sensibilidad tonta, que parece despertar una cierta admiración e instinto de protección en muchas personas. Hay otra sensibilidad profunda, poco comprendida o apreciada, que es la que a mí me interesa. ¿Saben a la que me refiero?
32 comentarios:
NO termino de admirarme Elvira, de los artistas que descubro aquí, una preciosidad, hasta los cortinajes tienen dibujos, los colchones, todos diferentes, me ha encantado.
Respecto a la princesa; a esa la mandaba yo de acampada en una tienda canadiense a los Monegros.Dios nos libre de una realeza tan moñas.
La sensibilidad, ¿la que percibe todo hasta lo que no perciben los demás? ya dirás.
Buenas noches
Rosa
En mis días infantiles me trajo de cabeza aquella absurda prueba de sensibilidad y autenticidad principesca. Me inquietaba, una atracción -repulsión. No por ello dejé de disfrutar de los tres tomos ilustrados que me regalaron aquel maravilloso febrero, los cuentos de Andersen , Grimm y Perrault.
Me gusta la ilustración de Dulac con la magulladita princesa encaramada rozando el dosel
Pues a mí me parece una metáfora de esa sensibilidad a la que tú te refieres, o quizás prefiera leerlo así, para no pensar que este no es un cuento tan tonto :-) Es que Andersen me suscita tanto que con este cuento me llego a enfadar. Me explico:
Cuando lo leo literalmente veo un princípe estúpido que busca una mujer tan delicada que en vez de ser su compañera sea un objeto que cuidar, como un jarrón de porcelana china o algo así. Pero algo me dice que Andersen el grande no escribió esta historia para ser interpretada así, y entonces veo una metáfora que intenta describir como debe ser un ser humano para ser tan especial como las princesas de sus cuentos. Y pienso que el autor nos ha querido contar que un cuerpo que es capaz de sufrir moratones por un guisante bajo tantos colchones, tiene que tener una sensibilidad tan enorme que pueda captar la más pequeña de las incomodidades de cualquier otro ser padezca, y ese saber forma parte de la sensibilidad a la que yo creo que te refieres tú.
Aunque a saber lo que ha querido contarnos Andersen, porque los cuentos cobran vida propia con cada lectura.
Estoy más dormida que despierta y el ordenador me hace esperar por las letras, pero quería escribirte y darte las buenas nooooches, que supongo serán tus buenos días.
Besos
Tienes toda la razón .
Nunca entendí este cuento , aunque se supone que se refiere a la capacidad de no poder descansar mientras haya cerca la más pequeñísima cosa inadecuada , con lo que sigo sin entenderlo porque entonces para ser una verdadera princesa hay que ser una perfeccionista estresada .
Bueno, mis princesas es que son unas mal habladas.
Saludos.
Bonito blog.
Me alegra que te guste Dulac, Rosa. Me cuesta definir la sensibilidad que yo aprecio, la de personas que saben captar los matices del alma humana y encontrar la belleza en rincones que otros no ven. La contrapartida es una mayor percepción de la fealdad, claro, y eso no le gusta a nadie. Y una empatía que es difícil que no se convierta en mala definición de los límites propios, límites necesarios por pura salud y supervivencia.
Hola Kova d Onga: a mí también me encantan los cuentos, si clicas en la etiqueta te llevará a otras entradas que he dedicado a varios más.
Hola Chusa: La lectura literal es así de tonta. Yo también intenté encontrarle la gracia, a qué se refería Andersen, pues le suponemos más "miga" que todo eso. Pero como metáfora de la sensibilidad que yo aprecio no me parece buena. Me parece más bien una caricatura de esa sensibilidad absurda, de esa mujer tontita que desea que la traten como un jarrón de porcelana. Quizás el autor sólo pretendía caricaturizar esa actitud. Y lo consiguió, pues todos sabemos lo que es "una princesa del guisante". Muchos cuentos de Andersen acaban mal, y este "acaba bien", se premia esa tontería. En la vida real, la sensibilidad profunda no se premia normalmente, lo hace todo más complicado, pero también es capaz de una belleza que me emociona enormemente. Tanto en la obra (trabajo) como en el trato con los demás.
Hola Reyes Uve: Bienvenida al blog y gracias por tus palabras. Me gustan más las princesas un poco gamberras y mal habladas. Lo que, a diferencia del estereotipo que retrata este cuento, puede estar perfectamente conjugado con la sensibilidad que yo sí aprecio.
Besos a todas
Sí que era sensible la niña. Yo creo entender a qué sensibilidad te refieres. Aunque, como dice Sra de Zafón, el cuento tiene toda la pinta de metáfora.
Es muy posible que tengáis trazón, Marcos, aunque a mí este cuento me sirve más como caricatura, como denuncia de una actitud absurda por medio la situación tan ridícula que describe. Es una imagen que queda para siempre grabada en nuestra colección de imágenes internas.
Hola Elvira,
¿De dónde sacas estas ilustraciones?
Esta en concreto me sugiere una interpretación del cuento que tiene que ver con el exceso de protección. Es una niña burbuja. Sigue en el útero materno. El planeta Tierra esta simbolizado por el guisante. Todavía tiene que nacer, pero ya sabe que la tierra es dura y seca.
¿Soportará la experiencia y llegará algún día a ser Reina? (No recuerdo el final del cuento)
Besos
Besos
Me encanta esta ilustración, y hacía demasiado tiempo que no la veía...
me alegro de que nos la hayas traído. Como dice alguien, este blog es como una zona de descubrimientos (de ilustraciones, me refiero).
Y estoy de acuerdo en que no hay que hacer un mundo de pequeñas tonterías, que la verdadera sensibilidad se refiere a otra cosa.
Un abrazo
Buenos días Elvira,
Jamás me ha gustado este cuento. Nunca entendía porqué la princesa era mejor que el resto porque le molestara un insignificante guisante. Porqué esa "delicadeza" (tontería, diría yo) la hacía superior a los ojos de la reina.
Sin embargo, confieso que me reconcilié con una versión que leí en la biblioteca. No con la historia en sí, sino con la forma de contarlo de la autora, y el inicio de la historia, con el embrujo de la luna por medio, que me encantó. Parecía otro cuento y no el que conocía de niña. Eso sí, el guisante y los colchones impertérritos. :-(
Un saludo,
no creo que la niña sea tan tonta así...no creo que los cuentos, aunque lo parezcan en una primera leída, sean tan estúpidos, tan huecos.
Creo, como la Sra de Zafón, que la princesa es tan sensible, que siente el guisante en lo más profundo.
La sensibilidad profunda es esa, sentir, asir, aprehender, aprender,comprender, lo que está más allá de la simple percepción "instantánea".
O será que hilo demasiado fino, y el cuento es tan tonto, y ya?!
como sea, es siempre un disfrute venir a tu casa.
besos*
Hola Ofelia: no recuerdo de dónde la saqué, navegando por internet. Interesante tu teoría. :-) El hecho de sufrir por el guisante la hizo digna de casarse con el príncipe. Eso demostraba que era una verdadera princesa.
Me alegra que te guste, Josélez! Sí, la verdadera sensibilidad se refiere a otra cosa.
Hola Katha: es que se puede hacer un cuento nuevo a partir del antiguo.
Hola Rayuela: si mi teoría fuera cierta, que el cuento caricaturiza una actitud absurda, no es hueco. Da que pensar. Pero vaya usted a saber!!!
Besos a todos y gracias por la visita!
Eran otros tiempos, otros sentires,
sencillamente. Realeza era ser fina, sensible. Había que probarlo, hacerse digna de ese absurdo. Pobres niñas pobres, de pieles toscas, tan poco principescas...
¡Qué hermoso blog!
Un saludo cordialísimo
BB
Hola BB: Bienvenid@ al blog!
Sí, eran otros tiempos, pero la mayoría de los cuentos tienen un mensaje muy actual, son atemporales, ¿no crees?
Un abrazo
Coincidimos, Elvira. Ha sido un cuento que desde siempre me partió la cabeza. Primero por la.. no sé ni cómo calificar la actitud de ella, pero y la de él y los que la acogen??????????, porque esa también es de echarle de comer aparte . No supieron ver ninguna otra cualidad que la destacara como princesa "de verdad" hasta llegar a la prueba del guisante?
Quizás el cuentro sea en el fondo una crítica a justamente eso, a la estupidez real... y de las "altas clases sociales" que nada tienen que ver con la nobleza Moral , o espiritual...
Quiero entenderlo así, teniendo en cuenta de quien viene ... ( no olvidemos cómo es "El traje nuevo del Emperador", y la crítica social que hace a los pelotas , Cortesanos varios y la propia realeza , que carece de criterio alguno ...)
Pero aún con todo siempre fue un cuento que me partió la cabeza
MARAVILLOSA LA IMAGEN DE DULAC, creo que es la mejor ilustración del cuento que hay ...
UN BESOTE AGUISANTADO ^_^
Pues sí, Femme: una crítica, una caricatura de esas finuras tontas, que nada tienen que ver con la auténtica delicadeza y sensibilidad, con la nobleza moral o espiritual, como bien dices. El traje nuevo del emperador es un cuento genial.
Besos, guapa!!
¡Jajaja! Elvira, me ha encantado tu reflexión. A mí, que siempre he dormido como un tronco sin enterarme de los ruidos más atronadores, siempre me pareció una historia de lo más inverosímil en el sentido literal ;)
En el sentido figurativo con los años compruebo que toda esta gente a la que supuestamente no la deja dormir un guisante colocado un montón de colchones por debajo luego ni se entera cuando tienen un pedrusco debajo de un colchón finústico.
Bueno, Cristina, lo tuyo me provoca una envidia que no sé yo si es sana, jaja! Todavía me acuerdo de aquella foto en la que estabas de niña durmiendo a pierna suelta sobre unas piedras.
Y me divierte finústico como sinónimo de finolis, no conocía la palabra. Es que los finolis son unos cursis, y ya está. Se trata de dar una imagen de exquisitos, supongo. :-)
Jajaja, no utilizaba finústico como sinónimo de finolis (que veo que es lo que significa según la RAE) sino como variación extraña de "fino" (poco grueso). Cualquiera de las dos sirve en cualquier caso, ¿no?
Y sí, esa foto define de maravilla mi "estilo" de dormir. Y que dure, que dure...
Pues sí, cualquiera de los dos sirve en este caso. :-)
Sí, que te dure ese "don" para siempre.
No conozco el cuento, pero si a la princesita le molesta el guisante es porque no ha probado dormir en una buena acampada al aire libre con todas la piedras que se te clavan en el c..., ruidos nocturnos extraños y los picotazos de los mosquitos, jajaja....
Besitos.
Yo no llego a los extremos de la princesa, pero lo de la acampada no lo resistiría, seguro. Acabaría magullada de verdad.
Besos, Montse!
Hiciste remontarme 20 años atras cuando me leyeron el relato. Que viaje más lindo, muchas, muchas gracias!
Hola Gabrielle: Bienvenida al blog, y me alegra que el viaje haya sido placentero. Saludos
Tengo pendiente para publicar un ensayo respecto al cuento infantil europeo.Soy un defensor de los cuentos de hadas;Andersen,Grimm,Perrault,etc.Estos escritores nunca escribieron pensando en los niños,puesto que dichos cuentos encerraban un sentido profundo de la vida y de la época.El cuento infantil fue inventado en el siglo XIX por la burguesía inglesa que contaban los cuentos a los niños.Cuando estos autores se dieron cuenta,tuvieron que cambiar muchas cosas y es una pena.Si leemos estos cuentos antes de que fueran cambiados,vemos que encerraban crueldad,sexo esplícito entre otras cosas.
En La princesa y el guisante veo una reflexion respecto al sexo:cama,algo duro y cardenales en el cuerpo.Pasión mucha pasión en una época represora,total,para algo tan natural y metafórico como un guisante.
Existe un chiste muy vulgar actual que me hace mucha gracia:
Una habitación en donde hay una pareja de ancianitos.Ella se tumba en el suelo y le dice su marido:
-¿Por que te acuesta en el suelo?
-Porque quiero sentir en mi vida algo duro.
Preciosa entrado,mi querida Elvira.Te prometo que cuando publique mi post sobre los cuentos de hadas irá dedicado a ti.
Besos y un fuerte abrazo.
Interesantísimo, querido Francisco. No se me habría ocurrido. Creo que los cuentos tienen muchas lecturas y te agradezco mucho la tuya.
Jajaja! No conocía este chiste, muy bueno.
Me encantará leer tu ensayo, y aún más que me lo dediques.
Muchos besos, querido Paco!
Es evidente que la famosa princesita no había pegado un palo al agua ni ese día ni los anteriores, porque de haberlo hecho no se hubiera enterado del guisante ni de ninguna otra cosa a la hora dormir.
Jajajaja! Pues según el cuento venía de no sé qué aventuras y se supone que tenía que estar agotada.
"Soy la princesa del reino de Safi - contestó una voz débil y cansada. - Me he perdido en la oscuridad y no sé regresar a donde estaba."
¡Ay, estas princesas finolis!
Fantástica ilustración. En cuanto al cuento, bueno, una persona con la sensibilidad y modales adecuados jamás habría reconocido dormir mal -aunque fuera cierto- si habían tenido el detalle de ofrecerle cena y cama. Qué especialit@s son algun@s... ;)
Besos.
Hola Kine: Es estupenda la ilustración, sí. Y tienes toda la razón respecto a los modales, una persona educada nunca se habría quejado de esta manera.
Besos
no conocí ese cuento de niña, lo conocí contándoselo a mis hijas, venía en una colección y lo rehuía, me daba un coraje que no veas
años más tarde me lo encontré escrito en la pared de un precioso hotel
¿adivinas su nombre?
http://www.hotellaprincesayelguisante.com/
Hola Carmen: bienvenida al blog!! He visitado la página, qué gracia!
Saludos
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