Número 14 (1960), de Mark Rothko
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Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
12 comentarios:
Lo normal es hacer un regalo a quien ha cumplido años, pero eres tú quien nos lo hace con estos Rothko. Ver durante un tiempo un cuadro suyo colocado en penumbra, como están los de su sala en The Factory de Londres, es entender la iluminación que el lienzo, por si solo, produce.
Oooh, me encantaría visitar ese lugar. La última vez que fui a Londres, hace 11 años o así, no supe de esa sala y no fui a verla.
Si vuelvo a Londres, iré, segurísimo. Estoy enamorada de sus cuadros.
Elvira
¡Muy bien! Tu blog se anima y resplandece. Así vibra la poética del color y el calor de la luz en las pinturas de Rothko. Pura materia y su tersura plástica y el ser frente al abismo. Pintura, sólo pintura y ritmo y al fondo, las vanguardias y un siglo que se fue y Luis Cernuda prestándonos su voz para decir aquello: “Qué estando ya, no estaban / pues entre estar y estar hay diferencia.”
Saludos
No lo conocía y me gustaría visitar The Factory de Londres para poder apreciar esa luminosidad. Me gusta mucho cuanod te da por el arte, Elvira. Este blog cada día está mejor.
-Gracias, Celilio, por traer esos versos de Cernuda. Me alegra que disfrutes de Rothko tanto como yo.
-Hola Marcos, pues vale la pena el descubrimiento, es fantástico. Y gracias, eres un encanto.
El nombre oficial es la New Tate (o es al revés). Es una sala entera, grande, en penumbra, con muchos bancos para contemplar los cuadros.
Son los que hizo para el edificio Rockefeller. Pensaba que los iban a colocar en el comedor de los trabajadores. cuando supo que irían para una cafetería de lujo, deshizo el contrato, devolvió el dinero y se quedó con ellos hasta que los pudo enviar a Londres.
Para mí, que había ido a ver lo de Juan Muñoz en la Sala de Turbinas, y de paso todo lo que hubiera, fue un descubrimiento esa sala.
Pues te agradezco que nos lo hayas contado, NáN. Debe ser impresionante poderse sentar un buen rato en la penumbra viendo sus cuadros.
Me gustan mucho los dos, pero más el primero.
A mí también. :-)
Rothko! qué apasionante es Rothko!
mil besos*
Y a mí que no me gusta este hombre... Vi algunos cuadros suyos en Madrid hace unos días, pero oye, que no le veo yo la gracia por ningún lado. Entre los Monet, Renoir, Manet, Bouguereau, Barceló, Pollock... De todos modos, tu casa sigue igual de linda. Un beso.
Hola Sir John: Es que en cuestiones de arte se podrá argumentar esto o aquello, pero lo único importante es si una obra te llega, te emociona, o no.
Gracias por el piropo a la casa. :-) Un beso
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