Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
Un beso muy fuerte a tu niña ¡buen viaje! y lo mismo que en la ilustración (muy apropiada y sugerente) la despedida es entrañable ¡qué difícil dejar volar a los hijos y qué hermoso al mismo tiempo!
Que tenga muchísima suerte..., además siempre tiene un sitio magnífico donde volver a reponer energias si al norte de vuestro norte sufre algún stress... Mis mejores deseos, en su viaje. Felisa Precioso, y melancólico Rockwell, has elegido para contarnos tan nitidamente tus sentimientos... Animo, Elvira, que Amsterdan está ahí al lado..., y la de conversaciones que os esperan... :)
Aunque les echemos de menos sus partidas indican que la naturaleza sigue su curso como tiene que ser, nadie mejor que tú lo sabe, observadora de las estaciones.
Ah, y Bruselas está a una hora de avión de Barcelona. Buen viaje para ella y para nosotros, que esté lleno de experiencias sin temor a lestrigones ni a cíclopes.
¡Buenísima imagen! El padre: cansado, distrayendo la tristeza, pero consciente y determinado a dejar que su hijo afronte el futuro; el chico, como un pincel, expectante y decidido y el perro, cariñoso y tierno como sabe serlo, no se despega del que se va. ¡¡Mucha suerte y ánimo para las dos!! Un beso Mina
El día sábado recién pasado fui al aeropuerto a dejar a dos de mis hijos que partían rumbo a la Universidad.Junto con mi admiración por la obra de Rockwell, no puedo sino sentirme tremendamente identificado con el padre sentado al lado de su hijo esperando la partida.
Hermosa pintura. De este cuadro sé que existe otra versión de un tal Donald Trachte que por años se tuvo por el original. Me encanta Norman Rockwell. ¡Buen viaje para la niña!
Buena suerte , y parabienes de colores ...ya verás qué bien .
ResponderEliminarUn abrazo.
Un beso muy fuerte a tu niña ¡buen viaje! y lo mismo que en la ilustración (muy apropiada y sugerente) la despedida es entrañable ¡qué difícil dejar volar a los hijos y qué hermoso al mismo tiempo!
ResponderEliminarMuchos besos.
Mucha mucha vida.
ResponderEliminarMuchísima suerte a las dos en la nueva etapa: vuelan los pájaros pero el nido no se vacía.
ResponderEliminarMuy buen viaje - y lo que venga después - a tu hija.
ResponderEliminarMuy bien escogida la imagen, hasta el perro sabe que se va. Byena suerte y buen viaje.
ResponderEliminarHola Reyes: en eso confío.
ResponderEliminarHola Montse: sí, difícil y necesario. Si no vuelan no se fortalecen.
¡Gracias, NáN! Allí y aquí.
Hola Kaplan: el nido sigue siempre en su sitio. :-)
Hola Cristina: de tu parte.
Hola Enrique: el perro lo tiene tan claro como el padre.
Gracias a todos por los buenos deseos y besos!
Que tenga muchísima suerte..., además siempre tiene un sitio magnífico donde volver a reponer energias si al norte de vuestro norte sufre algún stress...
ResponderEliminarMis mejores deseos, en su viaje.
Felisa
Precioso, y melancólico Rockwell, has elegido para contarnos tan nitidamente tus sentimientos...
Animo, Elvira, que Amsterdan está ahí al lado..., y la de conversaciones que os esperan...
:)
¡Buen viaje!. Muy bonita la postal que le has preparado. Es una pintura preciosa.
ResponderEliminarAunque les echemos de menos sus partidas indican que la naturaleza sigue su curso como tiene que ser, nadie mejor que tú lo sabe, observadora de las estaciones.
ResponderEliminarAh, y Bruselas está a una hora de avión de Barcelona. Buen viaje para ella y para nosotros, que esté lleno de experiencias sin temor a lestrigones ni a cíclopes.
Hola Felisa: Bruselas está a la vuelta de la esquina. :-) Gracias por tus ánimos.
ResponderEliminar¡Gracias, Marcos!
Hola Jesús: exacto, como tiene que ser. Eso, que no tema a lestrigones ni a cíclopes. :-)
Besos a los tres
¡Buenísima imagen!
ResponderEliminarEl padre: cansado, distrayendo la tristeza, pero consciente y determinado a dejar que su hijo afronte el futuro; el chico, como un pincel, expectante y decidido y el perro, cariñoso y tierno como sabe serlo, no se despega del que se va.
¡¡Mucha suerte y ánimo para las dos!!
Un beso
Mina
Se me parece mucho a Santolina , el abrotano macho. Esos capítulos me lo hacen recordar.
ResponderEliminarBon dia , Elvira, un abrazo.
Hola Mina: ¡Gracias, guapa! Me encanta cómo describes la escena.
ResponderEliminarHola Marce: ya te he contestado en la entrada siguiente.
Besos a los dos
Me gusta mucho esta obra, no conocía al pintor, otro descubrimiento de mi querida Elvira, gracias!!
ResponderEliminarLe deseo lo mejor a tu hija, buen viaje!!!
Un abrazo grande.
Gracias a ti, guapa. Acabo de cambiar la reproducción pues esta que he encontrado es de mayor calidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
El día sábado recién pasado fui al aeropuerto a dejar a dos de mis hijos que partían rumbo a la Universidad.Junto con mi admiración por la obra de Rockwell, no puedo sino sentirme tremendamente identificado con el padre sentado al lado de su hijo esperando la partida.
ResponderEliminarHola Reinaldo: bienvenido al blog. Yo también me he sentido identificada con ese padre.
ResponderEliminarSaludos
Hermosa pintura. De este cuadro sé que existe otra versión de un tal Donald Trachte que por años se tuvo por el original. Me encanta Norman Rockwell. ¡Buen viaje para la niña!
ResponderEliminarBesos y buen fin de semana, Elvira.