Recomiendo leer la interesante entrada de Pilar sobre esta obra. Me parece un retrato precioso.
Añado a la entrada el comentario de Jesús Miramón: "Es cierto lo que dice la autora del blog que citas: la mirada de la mujer del cuadro es impactante, está llena de vida y naturalidad. Es un retrato magnífico porque desvela la serena altivez de la juventud de Lady Agnew, ajena, como todos nosotros, al futuro que le espera. Pero su belleza sobrevive en la tela, desde donde con su mirada nos dice: «mírame, sólo existe este momento, mírame como yo te miro a ti»."
Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
Es cierto lo que dice la autora del blog que citas: la mirada de la mujer del cuadro es impactante, está llena de vida y naturalidad. Es un retrato magnífico porque desvela la serena altivez de la juventud de Lady Agnew, ajena, como todos nosotros, al futuro que le espera. Pero su belleza sobrevive en la tela, desde donde con su mirada nos dice: «mírame, sólo existe este momento, mírame como yo te miro a ti».
ResponderEliminarHoy mismo me he encontrado con esta mirada en una librería de viejo. Qué bonita.
ResponderEliminarTuve la suerte de ver el cuadro. Es una maravilla (ya sé que eso no aporta nada, pero tenía que decirlo).
ResponderEliminarImpresiona esa mirada, compa Elvira; cuánta determinación en el fondo de ella, y qué maestría la del autor para fijarla. Hermoso cuadro, vaya que sí.
ResponderEliminarUn abrazo y buen día.
Es impresionante este retrato, y eso en una pantalla de ordenador. Al natural debe de hipnotizar.
ResponderEliminarHola Elvira,otro autor para apuntarme.Precioso.
ResponderEliminarLa joven tiene una elegancia natural, sin artificio, emana su clase. Pero me interesa más el pintor.¡qué transparencia tiene esa organza!oigo el fru fru de la tela de la falda y el tacto de la tapicería.
La cintura....¿es real? veremos con 3 ó 4 embarazos ja ja.
Besicos
Rosa
Hola Elvira. No entiendo mucho de arte para valorar el cuadro-retrato. He leido a Pilar y me ha ilustrado mucho, es de agradecer ese tipo valoración a lo que ella tan bien describe.
ResponderEliminarYo intuyo, en ese gra retrato, una mirada de cierta tristeza, que tiene fuerza por eso mimo, por estar y no estar en el sitio que se le otorga.
Una gran obra de Sargent.
muy buenas.
Hola Jesús: me encanta lo que has escrito. ¿Me dejas incluirlo en la entrada?
ResponderEliminarHola Little Emily: yo no me canso de mirar este cuadro.
Hola NáN: afortunado tú. Yo tampoco he dicho nada especial, pero a veces uno necesita admirar sin más.
Hola Manuel:es cierto que se ve que tiene personalidad y determinación, como dices.
Hola Cristina: es fascinante, se queda uno con la mirada fija en él.
Hola Rosa: no creas que lo conozco a fondo, pero esta obra incita a profundizar más en su obra.
Hola Marce: Pilar es una profesora de arte estupenda, no hay más que leer sus entradas. Para apreciar un buen cuadro sólo hace falta sensibilidad. Es curioso lo que ves en su mirada, sí, una cierta melancolía quizás.
Besos a todos y gracias por la visita!!
Cómo no, Elvira, por supuesto. Un beso.
ResponderEliminarGracias y un beso!
ResponderEliminarInteresante, como tú bien dices, el post de Pilar. Precioso retrato, con una mirada muy real y a la vez penetrante. Da sensación de quietud y bienestar.
ResponderEliminarEntre otras cosas, esa mirada me parece inteligente.
ResponderEliminar¡Buenas noches, Adelaida!
Me ha encantado la mirada de esta mujer y el realismo que refleja el artista.
ResponderEliminarRealismo, elegancia y mucho arte.
ResponderEliminarUn beso, Marcos!
Me ha pasado algo muy curioso con esta pintura; he tenido un déjà vu, o como quiera que se diga eso. Es como si la conociera de toda la vida... Y es que esa mirada es fantástica: penetrante, cómplice, relajante, incluso algo pícara... Creo que me he enamorado, Elvira. De un cuadro. De una mirada.
ResponderEliminarBesos (por supuesto, también para Lady Agnew). Y muchas gracias por el descubrimiento. Me encantó.
¡Qué buen gusto, Kine!!! A lo mejor hay una nieta por ahí... jajaja!
ResponderEliminarBesos
El cuadro de Singer Sargent es la perfección de un instante de vida detenido en el tiempo.
ResponderEliminarEs la perfección de la composición, de los colores, del vestido y fundamentalmente del gesto, de la mirada.
Escéptico
Hola Jesús: La mirada es el centro del cuadro, pero todo lo demás me parece perfecto.
ResponderEliminarEsta mirada me ha parecido a mí un poco...bueno,que la puedo ver desnuda y ella se insinúa,pero no me hagas caso Elvira,cuando miraba el cuadro era todavía un adolescente.Ahora...bueno,creo que también.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Sí que tiene un punto insinuante, jajaja! Y con ese muslo que se adivina bajo la ropa...
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo, querido Paco
Gracias, por motrarnos al admirable Sargent y por el entusisasmo que transmite en su blog, buen día :) Caye
ResponderEliminar¡Gracias a ti, Caye! Y bienvenid@ al blog!
ResponderEliminarSaludos
Maravilloso retrato, todo delicadeza y penetración. La mirada, llena de fuerza y de inteligencia, traspasa de tal manera que la obra en conjunto da sensación de presencia del personaje. ¡Gracias, Elvira!
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Anne-Hélène! Besos
ResponderEliminarYo me quedé hipnotizado cuando lo descubrí en Edimburgo...no podía dejar de mirarlo.
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