Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Edward Hopper: Gasolina
Gasolina (1940), de Edward Hopper, The Museum of Modern Art, New York.
Con qué maestría dominaba la luz Hopper.Aquí todo es artificial.Está a punto de amanecer o anochecer.El hombre con todo el patetismo de la soledad y la insignificancia queda remarcada de nuevo por el bosque y su sombra.
Sí, me he acordado de tu comentario anterior. Leí no sé dónde que era el anochecer. Me habría gustado escribir algo, pero me he quedado sin palabras, admirando el cuadro.
es verdad que es mágnífica la luz artificial, como en las habitaciones para turistas, y el bosque como las de Cape Cod, y el pasto igual de alto, lo que le gustaba... jajaja
supongo que por lo que dice Francisco Machuca del bosque (el negro en la esquina de Cape Cod...) para remarcar la insignificancia y soledad (yo añadiría: fragilidad).
Al final vamos a ser un poco expertos en la obra de Hopper, a base de mirar sus obras tan atentamente, ¿verdad? Me encantan vuestros comentarios. Besos
Yo creo que está amaneciendo y que el Sr. Macpherson está reponiendo latas de lubricante y otros accesorios porque sabe que ya falta poco para que comience el goteo de clientes. Sigo mirando y veo que en esta gasolinera casi todo es previsible. Es lunes y dentro de diez minutos llegará el Sr. Cohen con su camioneta y le pedirá, que además de llenarle el depósito vierta en él una de esas latas mágicas que mantienen con vida las tripas de su viejo vehículo. Y antes de salir disparado hacia el aserradero, comentará que este invierno el río bajará menos caudaloso pero que habrá buena pesca. Luego será el turno de Frank, el conductor del autobús escolar, de Rose, la enfermera de la maternidad y de otros tantos asiduos. En medio llegará algún foráneo que haya pernoctado en el Motel y que quiera comprarle un mapa de carreteras y algún recuerdo que llevar a su casa. Pero ahora la madrugada del Sr. Macpherson está solitaria y fría, en contraste con al evocación de la tibia piel de su esposa todavía dormida.
Y es verdad que gracias a ti acabaremos siendo expertos en algunas cosas que nunca pensé serlo. Gracias y besos.
¡Qué bien has creado un ambiente, Chusa! Me ha encantado. Parece que ya veo desfilar de uno en uno a todos esos personajes que has mencionado. Gracias a ti y besos!!
Con qué maestría dominaba la luz Hopper.Aquí todo es artificial.Está a punto de amanecer o anochecer.El hombre con todo el patetismo de la soledad y la insignificancia queda remarcada de nuevo por el bosque y su sombra.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Sí, me he acordado de tu comentario anterior. Leí no sé dónde que era el anochecer. Me habría gustado escribir algo, pero me he quedado sin palabras, admirando el cuadro.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo
la soledad tiene esa luz extraña. Diría que es más cercana al anochecer, por la quietud.
ResponderEliminar"la soledad tiene esa luz extraña" Me gusta esta frase, NáN.
ResponderEliminarSí, el amanecer tiene una promesa de actividad, y otra luz.
es verdad que es mágnífica la luz artificial, como en las habitaciones para turistas, y el bosque como las de Cape Cod, y el pasto igual de alto, lo que le gustaba... jajaja
ResponderEliminarsupongo que por lo que dice Francisco Machuca del bosque (el negro en la esquina de Cape Cod...)
para remarcar la insignificancia y soledad (yo añadiría: fragilidad).
besos
Al final vamos a ser un poco expertos en la obra de Hopper, a base de mirar sus obras tan atentamente, ¿verdad? Me encantan vuestros comentarios. Besos
ResponderEliminarYo creo que está amaneciendo y que el Sr. Macpherson está reponiendo latas de lubricante y otros accesorios porque sabe que ya falta poco para que comience el goteo de clientes.
ResponderEliminarSigo mirando y veo que en esta gasolinera casi todo es previsible.
Es lunes y dentro de diez minutos llegará el Sr. Cohen con su camioneta y le pedirá, que además de llenarle el depósito vierta en él una de esas latas mágicas que mantienen con vida las tripas de su viejo vehículo. Y antes de salir disparado hacia el aserradero, comentará que este invierno el río bajará menos caudaloso pero que habrá buena pesca.
Luego será el turno de Frank, el conductor del autobús escolar, de Rose, la enfermera de la maternidad y de otros tantos asiduos. En medio llegará algún foráneo que haya pernoctado en el Motel y que quiera comprarle un mapa de carreteras y algún recuerdo que llevar a su casa. Pero ahora la madrugada del Sr. Macpherson está solitaria y fría, en contraste con al evocación de la tibia piel de su esposa todavía dormida.
Y es verdad que gracias a ti acabaremos siendo expertos en algunas cosas que nunca pensé serlo.
Gracias y besos.
¡Qué bien has creado un ambiente, Chusa! Me ha encantado. Parece que ya veo desfilar de uno en uno a todos esos personajes que has mencionado. Gracias a ti y besos!!
ResponderEliminaraquello que parece vacío, se torna habitable para nuestra imaginación. Gracias por Hopper.
ResponderEliminarun beso
Es un placer compartido, Faladomi. Un beso
ResponderEliminarUna maravilla. No acierto a decir nada más. Simplemente admiro.
ResponderEliminarMuy interesante el recorrido por la obra de Hopper. Para mí fue casi todo nuevo. Un placer descubrirlo.
Un fuerte abrazo, Elvira.
En la página anterior hay muchas más entradas de Hopper, por si te apetece verlas en otro rato.
ResponderEliminarMe alegra que te hayan gustado los cuadros que he seleccionado.
Un fuerte abrazo, Kine
Es cierto, se me habían pasado los de la siguiente página. En unas horas me pongo a ello... Gracias por el apunte ;-)
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