Este grabado es del artista japonés Hiroshige, y se titula "El jardín de ciruelos en Kameido" (c. 1857), de la serie Cien Famosas Vistas de Edo (Tokio). Está expuesto en el Brooklyn Museum de Nueva York.
Muchos pintores impresionistas admiraron los grabados japoneses. Vincent van Gogh realizó una copia de este cuadro. Se pueden ver el original y la copia aquí.
Nota: La pintura de Van Gogh es considerada neo impresionista o post impresionista.
ResponderEliminarFantástico. Este me gusta más todavía que los otros. No lo conocía.
ResponderEliminarLa verdad es que no somos conscientes de la imposrtancia que tuvieron sus ilustraciones dentro del mundo del arte, (y del cine) con esos encuadres "descentrados", donde las figuras y las formas parecen "pillada" a mitad de camino, mientras se mueven, y por eso " avanzan" o "se escapan" de lo "establecidamente centrado" hasta entonces.
Con la llegada e instauración de sus encuadres al arte, creo que de verdad empezó el mundo mundo moderno en cuanto a lo de "ver" y ver bajo otros aspectos se refiere
Muy interesante
UN BESOTE
Me ha gustado mucho el enlace con el original y la copia de Van Gogh. Qué curioso.
ResponderEliminarMe fascinan los ilustradores japoneses. me parece alucinante como algo tan alejado de mi sensibilidad occidental me llega tanto.
ResponderEliminarGracias por traerlos a tu blog!!!
Por si no has visto mi comentario del otro dia respondiendo a tu pregunta, la foto de la nieve la hice yo y es del jardín de mi casa.
Hola femme: gracias por tu comentario, siempre aportas datos interesantes. Besos
ResponderEliminarHola Cristina: pues también hizo una copia de otro grabado de Hiroshige que colgué hace tiempo en una entrada del blog (Chubasco nocturno en el puente de Atake). Puedes ver el original y la copia aquí:
ResponderEliminarhttp://en.wikipedia.org/wiki/File:Hiroshige_Van_Gogh_2.JPG
Hola Molinos: te comprendo. Y es precioso el jardín de tu casa. Supongo que te habrás columpiado muchas veces allí de niña. Un beso
ResponderEliminarQué cosas. Gracias por el enlace.
ResponderEliminarEste Hiroshige es alucinante. Que simpleza de líneas y de colores. Tiene un punto infantil que me fascina.
ResponderEliminarMuchas gracias por haberlo presentado en sociedad, jejejeje.
Un abrazo Elvira
Hola Juan:
ResponderEliminarMe alegro de que te guste tanto como a mí. Me enamoré de estos artistas japoneses visitando una exposición que había en el Museo Británico hace muchos años.
Un abrazo
Con todos mis respetos para Van Gogh, me gusta mucho más el de Hiroshige.
ResponderEliminarLos artistas japoneses que, gracias a tí, he conocido hasta ahora comparten un gusto exquisito y delicado por los trazos suaves y los colores tenues muy bien combinados. Transmiten serenidad, y en este caso, la copia de Van Gogh me resulta más agresiva.
Claro que en Holanda no habia geishas...
Mil besos!!!
Hola Elvira, ya estoy con mi infusión en la mano y pega mucho este Hiroshige en el cristal de la ventana que abro hacia el meditarráneo para verte.
ResponderEliminarMe voy a poner comparativa: la interpretación de Van Gogh del cuadro me resulta muy cálida, por los colores supongo, pero sin embargo la profundidad, la luz y la nitidez del original llegan más cerca de mis apetencias estéticas.
Me gusta mucho y no lo conocía...¡Es una suerte tenerte de maestra!
Un beso japones deseoso de ciruelos y cerezos en flor. (¡Hoy hace un frío!)
Hola Io: a mí también. Es que Van Gogh es grande cuando es él mismo, pero no dudo que aprendiera mucho de este increíble maestro.
ResponderEliminarNo le habría ido mal una geisha al pobre Van Gogh!
Mil besos!!
Hola Chusa: si hubiera encontrado un grabado tan bello como éste de un cerezo en flor, te lo habría dedicado, pero el que encontré me gustó menos.
ResponderEliminarOtro beso japonés desde el mediterráneo!
Hola Elvira,
ResponderEliminarMe gusta más el grabado japonés, creo que por el uso del color, porque me da más sensación de alegría, del renacer del árbol. La mezcla de naranjas y marrones de Van Gohg me transmite tristeza,de alguna manera una niebla qeu innunda la pintura.
Son sensaciones, que yo de arte no sé nada, sólo lo qeu me transmite.
No conocía nada sobre grabaados japoneses, pero estos dos que has puesto estos días he de reconocer que me gustan mucho. Sobretodo por su simpleza, al menos aparente, supongo que muy elaborada en el fondo.
Besos
Elvira,
ResponderEliminarAcabo de ver el enlace que comentabas al grabado del puente. El japonés en rojo y gris, representando un cielo oscuro. El de VAn Gogh con cielo azur, mar en verde, puente rojo. Me resulta difícil escoger. Me gusta el de Van Gogh, pero he de reconocer que, de nuevo, la simplicidad del grabado llama, capta la atención.
CHAO
Hola Katha:
ResponderEliminarSí, como decía más arriba, Van Gogh me gusta cuando es él mismo. Y esa simplicidad de la que hablas requiere de mucho arte y profesionalidad. Cuando vemos a un gran bailarín realizar un movimiento que a lo mejor es muy difícil de aprender y dominar, lo que nos transmite es una aparente facilidad de movimiento, como si volara.
Hacer las cosas complicadas es muy fácil. :-) Hacerlas simples y bellas es todo un arte. Besos