"Max Jacob es el responsable de la existencia de este álbum. Desde que, en 1926, llegó a casa y conoció a mi chica, que entonces tenía cuatro años, Max Jacob insistía en que era increíble que una señorita de esta edad no poseyese ya un álbum. Y en vista de que sus constantes amonestaciones no producían efecto, el poeta trajo el álbum a casa, llenando él la primera hoja, a la que siguieron otras de Moreno Villa, Orueta, Juan Ramón, García Lorca, Dalí, Buñuel y otros Residentes; y luego las de otros muchos a quien la niña pedía autógrafos. Pasaron unos años, y en 1936 la explosión de la guerra civil sorprendió a mi hija y a sus padres en la Residencia. Un mes después la enviábamos, sola, a Alicante, donde un torpedero inglés la llevaría a Francia. [...] Mi hija viajaba con modestísimo equipaje: un maletín en una mano, y en la otra su álbum." Alberto Jiménez Fraud, Residentes. Semblanzas y recuerdos, Alianza Editorial 1989, página 32.
Las dos reproducciones son del libro Álbum de Natalia II, Edit. Jiménez Cossío, Málaga 2000.
Elvira, he leído todas las entradas y me he quedado fascinada. Pero ésta me ha dejado asombrada. Los álbums eran una costumbre muy extendida entre las mujeres de la alta sociedad del siglo XIX. La mujer sobre la que estoy investigando, Rafaela Torrents, tenía uno y quién le ayudó a hacerlo fue Víctor Balaguer... No sabía que esta costumbre se hubiera mantenido en el siglo XX y entre sectores ligados a la ILE y la Residencia. Muyyyy interesante.
ResponderEliminar¿No te has planteado investigar más a fondo sobre estas mujeres de tu familia?
Un abrazo!!
Hola Laura: me alegra que te haya interesado.
ResponderEliminarPues no, lo mío es investigar las esencias florales. Ahí sí que me paso horas y horas. Pero tía Natalia era fascinante y encantadora. Un personaje muy original.
Besos