La alacena (1963), de Antonio López García.
"Desde finales de los 50 y hasta bien entrados en los 60, su estilo tiende hacia el surrealismo. Cada vez cobran más importancia escenas inquietantes, espacios aparentemente lógicos pero donde suceden hechos extraños o encontramos objetos situados fuera de su contexto habitual. La alacena es uno de esos ejemplos. El abigarrado mueble se encuentra coronado por la cabeza flotante de una mujer y de un candil." (Alfredo García)
Hola Elvira: hace poco guardé esta pintura en la carpeta de este nuevo pintor que me has descubierto.
ResponderEliminarMe gusta la alacena, pero me da la impresión de una desproporción en la figura humana con respecto al mueble...¿te parece a ti también? o soy yo la que la ve así.
Un abrazo
Hola Beatriz: no he leído nada sobre esta obra. A mí lo que me sugiere es el recuerdo de una mujer (la madre, una tía, no sé) flotando sobre el mueble. No que la persona esté detrás del mueble.
ResponderEliminarSi encuentro alguna explicación te lo diré. Esto es lo que me vino a la cabeza al ver el cuadro por primera vez. Un abrazo
http://pinturasepocas.blogspot.com/2011/10/la-alacena-de-antonio-lopez.html
ResponderEliminarEra mi visión errada, Elvira.
Curioso.
Gracias por el enlace que habla del torso flotando. Pero ¿te queda claro? a mí no. Solo que es la mujer del artista.
ResponderEliminarCuriosa pintura, además del torso, a la derecha flotando también hay un candil encendido...Un abrazo.
ResponderEliminarAñado un comentario sobre este cuadro que he encontrado en otro blog.
ResponderEliminarEs verdad, M. Dolors, lo había visto al mirar el cuadro por segunda vez. Un abrazo
ResponderEliminarNo sé cuando vi este cuadro, ni en qué museo, lo que sí recuerdo es lo que me impresionó esta pintura.
ResponderEliminarEl cuadro, para mi, es inquietante no lo conocía y desde luego no lo colgaría en mi salón. Tengo entendido que es el pintor que ha cotizado mas alto un cuadro en vida. Elvira lo que tú no encuentres...Un abrazo
ResponderEliminarLa factura es impecable y la inquietud que transmite es potente.
ResponderEliminarSí que impresiona, es potente e inquietante, como bien decís. Un abrazo a todos
ResponderEliminarEs, sin duda, una pintura inquitante. Los elementos del candil y la mujer pueden denominarse surrealistas, pero a mi me sigue pareciendo una pintura hiperrealista con las ensoñaciones que el pintor ha querido plasmar.
ResponderEliminarEstá claro que no es un surrealismo auténtico, como el de Dalí. Pero tiene un toque... dentro de su jiperrealismo habitual.
ResponderEliminarCon relación al enlace que da Sureando: http://pinturasepocas.blogspot.com/2011/10/la-alacena-de-antonio-lopez.html solo comentar que esa entrada está fusilada íntegra y literalmente del libro sobre Antonio López editado por Ciro Ediciones en 2006.
ResponderEliminarSegún los especialistas en la obra de Antonio López este cuadro se engloba dentro de su serie de pinturas denominadas como "de apariciones" y a las que pertenecen cuadros tales como La lámpara, El reloj, El teléfono, figuras en una casa y otros varios y en los que el denominador común es el interior de una habitación en la que aparecen personajes flotando como si fueran fantasmas o apariciones. Estos personajes siempre son el retrato de personas vivas y próximas al pintor.
López es un surrealista a veces, o casi siempre, y por tanto es difícil que podamos averiguar que nos quiere decir. Únicamente podemos entrar en su juego e intentar descifrar el misterio cosa que nunca conseguiremos. Un abrazo.