Frutos de Ricino (Ricinus communis). Fotografías: Elvira Coderch.
Seguro que las personas con unos años recordarán el famoso aceite de ricino que nos daban de niños.
Seguro que las personas con unos años recordarán el famoso aceite de ricino que nos daban de niños.
Que hermoso el color,he escuchado de el aceite de ricino, pero nunca lo probé, y me encantaron todas las fotos, que tengas un buen fin de semana.
ResponderEliminarbeautiful! I have never seen this plant before.
ResponderEliminarSu aspecto ya habla acerca de su poder...,
ResponderEliminarpoderosa imagen de sus frutos que delata sus poderes...
...preciosa foto.
Abrazo
Felisa
Hace muy poco descubrí esas plantas cerca de mi casa, yo si que recuerdo el aceite de ricino ja ja, que malísimo estaba. Un abrazo
ResponderEliminarQue contraste más espectacular de los rojos con los verdes del fondo. En cuanto he visto el nombre me ha venido a la mente lo del aceite, pero no soy consciente de que me lo hubieran dado de pequeño.
ResponderEliminarBesos
Hermosas fotografías. Muy curioso que el aceite de ricino venga de aquí.
ResponderEliminarElvira, creo que me libré del aceite de ricino pero me suena que no del tambien famoso por otras razones, aceite de higado de bacalao.
ResponderEliminarBella flor cuyo nombre me lleva a la infancia lejana.
Un beso
Hola a todos: veo que la mayoría os librásteis, yo no, y Doris tampoco!!
ResponderEliminarChanclas: yo no me acuerdo de si me dieron el de hígado de bacalao. Arghh!!
Welcome to the blog, Tammie Lee!
Besos a todos y gracias por la visita!
A mí me tocó el jarabe de manzana !
ResponderEliminarQué interesante es todo esto, Elvira.
Un fuerte abrazo.
No me imaginaba que de algo tan bonito saliera algo con tan mal sabor.
ResponderEliminarAunque nunca probé el aceite de ricino (mi generación se libró) encuentro hermosa esta planta con flores como castañaa rojas. Estupendo sitio el botánico de Ginebra, cuánto ha dado de sí, ¿no? Un abrazo, Andrés
ResponderEliminarMe libré del aceite y no conocía la planta.
ResponderEliminarYo no me libré. Soy de esa generación que también tuvo más tranquilidad para crecer y ensuciarse y tomar agua de la manguera, para mirar y oler el aroma de las flores y hasta tirarnos la bosta de los caballos. En esas ocasiones, en que se interrumpía el tránsito intestinal, te daban una pequeña cantidad de aceite de ricino.
ResponderEliminar¡Y sobrevivimos!
Gracias Elvira por traerme esos recuerdos.
Hola Blanca: ese jarabe suena mucho mejor, jaja!
ResponderEliminarHola Tracy: desde luego!!
Hola Andrés: ha dado muchísimo de sí. Todavía me quedan algunas flores, pero pocas. En realidad estas castañas rojas son los frutos, que, por lo que he visto en algunas fotos, son mucho más vistosos que las flores.
Tuviste suerte, Tawaki!
Hola Vicente: cada época tiene su gracia, sus ventajas, ¿verdad?
Besos a todos!!
O sea que el aceite de ricino que odié toda mi vida y que me negué a aceptar como pócima curativa provenía de esta hermosa planta. Mi idea era que el aceite de ricino que vino a España procedía de Noruega y que era aceite fabricado a partir de grasa de grandes peces, no se si de ballenas o algo parecido.
ResponderEliminar¿No sería el aceite de hígado de bacalao el que tú recuerdas?? Vista la planta, parece que el aceite no tendría que ser tan malo.
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