Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
Me he enamorado del arte de esta fotógrafa americana que descubrí ayer. Esta será la primera foto de varias que pienso ir colgando en el blog. La foto procede de esta página.
Cuánto puede decir un rostro humano.Necesitamos para poder observar la imagen fotográfica para captarlo en toda su magnitud.Cuando caminamos por las calles nos cruzamos con miles de rostros que en teoría no nos dice nada por la masificación y las prisas.Sigo creyendo que un rostro dice mucho si se sabe leer toda la tristeza que recopila una simple mirada.
-Hola Marcos: He encontrado esto sobre la mujer retratada:
Florence Thompson was born on an Indian reservation – "in a tepee," she said – in Oklahoma in 1903. Her father died when she was 13 months old, but her mother lived to be 108. Even before the Depression, Florence, her husband Cleo and their growing family left Oklahoma for California. For a time, they found work around Shafter, California. But as the Depression settled in, they were forced to become migrant farm workers. They followed the harvests until the war created jobs. Florence settled in Modesto, California in 1945. Her family put down roots, although Florence was most comfortable living in a mobile home. She died of cancer in 1983.
"I left Oklahoma in 1925 and went to Oroville [California]. That's where them three girls' dad [Cleo] died, in Oroville, 1931. And I was 28 years old [in 1931], and I had five kids and that one [the baby in this photo, Norma] was on the road. She never even saw her daddy. She was born after he died. It was very hard. And cheap. I picked cotton in Firebaugh, when that girl there was about two years old, I picked cotton in Firebaugh for 50-cents a hundred."
Una vida muy dura, desde luego.
-Hola Enric: But of course!!!
-Hola José Luis: veo que tú ya la conocías. ¡Menudo descubrimiento! Fue gracias a una página estupenda que me recomendó Jesús Miramón, a partir de ella fui a otras y di con esta maravilla.
-Es verdad, Paco. Y esta cara en particular dice mucho. Además de reflejar tristeza o preocupación, tiene como una transparencia, una autenticidad, es una cara muy noble.
Yo reconozco que fotos como las de esta mujer, igual que las de fotoperiodistas como Cartier-Bresson, Robert Capa, Charles Porter, Mary Moorman, Kevin Carter, Nick Ut y tantos otros, te estremecen el corazón y te hacen pensar pero, estos fotográfos que han conseguido los Pulitzer o los World Pressde de fotografía que año tras año se otorgan gracias a la búsqueda de la fotografía más dura, me dejan un regusto amargo en el corazón y un cierto sentimiento de rechazo por su búsqueda, tal vez sincera, de la foto más cruda con la que conseguir ese aplauso a la mejor fotografía.
Si sales al extrarradio suburbial de nuestras ciudades, y eres capaz de "ver" lo que tus ojos "miran" no hace falta contemplar este tipo de fotos para saber que algo sucede a pocos pasos de donde felizmente vivimos.
Esto no quita que gracias a la fotografía y al fotoperiodismo tengamos la prueba del dolor pero.....
En cualquier caso la foto es de una gran belleza o de un gran dolor.
Por lo que he leído sobre la vida de esta periodista, es muy posible que entendiera este dolor muy bien y quisiera darle voz. No creo que hubiera nada morboso o de pura ambición "a ver si consigo la foto más dura". Pero sé poco de ella y puedo estar equivocada.
Yo veo el coraje de esta mujer que se sobrepone al dolor y saca a sus hijos adelante. También veo que es un tipo de madre en la que los hijos se pueden refugiar. Eso es hermoso. También veo el dolor, y es triste.
Tremenda fotografía!! Mucha suerte tienen esos niñoz de tener por madre a una mujer fuerte que sufre por ellos y de mirada dulce y triste.
De todos modos, pienso un poco como Elpresley, no hace falta ir muy lejos para ver el dolor y la preocupación, basta con "saber mirar". Arturo Pérez Reverte, en su libro "El pintor de batallas", cuenta la historia de un fotógrafo de guerra que se enfrenta a sus miedos por los horrores vividos. Un día recibe la visita de alguien que él fotografió con el que ganó un premio y que le pide explicaciones de por qué le dejó morir.
O sea que recibe la visita del fantasma que le pide cuentas... A más de uno le vendría bien que le visitaran algunos fantasmas, a ver si dejaban de hacer burradas.
Hola Elvira. ¿Sabes? No recordaba el nombre de la autora pero la foto sí. La tengo entre mis fotos preferidas. La descubrí en Estados Unidos. Viví allí un curso académico. Tiene muchísimo poder. La compré allí, en postal, y la tengo entre mi colección. Besos
Pues hoy he descubierto lo famosísima que es esta foto. Vi muchas fotos de esta fotógrafa ayer y ésta me llamó especialmente la atención. No me extraña su fama.
Yo también colecciono postales, especialmente de obras de arte (las compro en los museos que visito).
Elvira, me encanta esta fotógrafa. Si me llamó la atención que tú no la conocieses, pero oye, chica, no va a conocer a todo el mundo. Yo creo recordar que a esta misma mujer le hizo más fotos. Miraré cuando tenga un rato.
Besos agradecidos por devolverme la memoria de esta fotógrafa.
Hay muchísimas cosas interesantes que no conozco todavía (menos mal, así puedo ir deleitándome en el descubrimiento). Sí, le hizo más fotos, pero esta es la mejor.
Jajaja, no era un fantasma, era que no murió. Es decir, le hizo la fotografía moribundo y lo dejó tirado, el soldado fue rescatado y llevado al hospital. El fotógrafo pensó que habría muerto ¡no le prestó ayuda! con lo que igualmente es un fantasma.
No te apures, yo tampoco conocía a la autora ni la famosa fotografía, jaja..
Esta es una fotografía clásica de lo que se puede llamar el reportaje gráfico. Es una fotografía que refleja el desastre de la Gran Depresión, la mirada a una América profunda y poco glamurosa.
Cuánto mundo se puede ver en esa mirada.
ResponderEliminarCan I share the love of this artist whit you?
ResponderEliminarWhat a impact this foto causes to me!
Es una de las mejores, a mí también me gusta mucho.
ResponderEliminarSaludos
Cuánto puede decir un rostro humano.Necesitamos para poder observar la imagen fotográfica para captarlo en toda su magnitud.Cuando caminamos por las calles nos cruzamos con miles de rostros que en teoría no nos dice nada por la masificación y las prisas.Sigo creyendo que un rostro dice mucho si se sabe leer toda la tristeza que recopila una simple mirada.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Sus fotos, aunque a veces trágicamente dolorosas, son de las que me gsutaría pintar, pues con una mirada transmiten un mundo...
ResponderEliminar-Hola Marcos: He encontrado esto sobre la mujer retratada:
ResponderEliminarFlorence Thompson was born on an Indian reservation – "in a tepee," she said – in Oklahoma in 1903. Her father died when she was 13 months old, but her mother lived to be 108. Even before the Depression, Florence, her husband Cleo and their growing family left Oklahoma for California. For a time, they found work around Shafter, California. But as the Depression settled in, they were forced to become migrant farm workers. They followed the harvests until the war created jobs. Florence settled in Modesto, California in 1945. Her family put down roots, although Florence was most comfortable living in a mobile home. She died of cancer in 1983.
"I left Oklahoma in 1925 and went to Oroville [California]. That's where them three girls' dad [Cleo] died, in Oroville, 1931. And I was 28 years old [in 1931], and I had five kids and that one [the baby in this photo, Norma] was on the road. She never even saw her daddy. She was born after he died. It was very hard. And cheap. I picked cotton in Firebaugh, when that girl there was about two years old, I picked cotton in Firebaugh for 50-cents a hundred."
Una vida muy dura, desde luego.
-Hola Enric: But of course!!!
-Hola José Luis: veo que tú ya la conocías. ¡Menudo descubrimiento! Fue gracias a una página estupenda que me recomendó Jesús Miramón, a partir de ella fui a otras y di con esta maravilla.
-Es verdad, Paco. Y esta cara en particular dice mucho. Además de reflejar tristeza o preocupación, tiene como una transparencia, una autenticidad, es una cara muy noble.
Besos a todos
Me enternezzen las nucas de las niñas y los pequeños brazzos apoyados en el hombro de la madre.
ResponderEliminarEl abrazzo, el cobijo...
Caperuzzita
A mí también, Caperuzzita. Ellas se refugian en la madre, pero la madre no tiene donde apoyarse, ha de ser fuerte a la fuerza.
ResponderEliminarBesos
Quina expressió!
ResponderEliminarMolt potent!
ResponderEliminarYo reconozco que fotos como las de esta mujer, igual que las de fotoperiodistas como Cartier-Bresson, Robert Capa, Charles Porter, Mary Moorman, Kevin Carter, Nick Ut y tantos otros, te estremecen el corazón y te hacen pensar pero, estos fotográfos que han conseguido los Pulitzer o los World Pressde de fotografía que año tras año se otorgan gracias a la búsqueda de la fotografía más dura, me dejan un regusto amargo en el corazón y un cierto sentimiento de rechazo por su búsqueda, tal vez sincera, de la foto más cruda con la que conseguir ese aplauso a la mejor fotografía.
ResponderEliminarSi sales al extrarradio suburbial de nuestras ciudades, y eres capaz de "ver" lo que tus ojos "miran" no hace falta contemplar este tipo de fotos para saber que algo sucede a pocos pasos de donde felizmente vivimos.
Esto no quita que gracias a la fotografía y al fotoperiodismo tengamos la prueba del dolor pero.....
En cualquier caso la foto es de una gran belleza o de un gran dolor.
Saludos.
Por lo que he leído sobre la vida de esta periodista, es muy posible que entendiera este dolor muy bien y quisiera darle voz. No creo que hubiera nada morboso o de pura ambición "a ver si consigo la foto más dura". Pero sé poco de ella y puedo estar equivocada.
ResponderEliminarYo veo el coraje de esta mujer que se sobrepone al dolor y saca a sus hijos adelante. También veo que es un tipo de madre en la que los hijos se pueden refugiar. Eso es hermoso. También veo el dolor, y es triste.
Saludos
Tremenda fotografía!!
ResponderEliminarMucha suerte tienen esos niñoz de tener por madre a una mujer fuerte que sufre por ellos y de mirada dulce y triste.
De todos modos, pienso un poco como Elpresley, no hace falta ir muy lejos para ver el dolor y la preocupación, basta con "saber mirar".
Arturo Pérez Reverte, en su libro "El pintor de batallas", cuenta la historia de un fotógrafo de guerra que se enfrenta a sus miedos por los horrores vividos. Un día recibe la visita de alguien que él fotografió con el que ganó un premio y que le pide explicaciones de por qué le dejó morir.
Besitos!
O sea que recibe la visita del fantasma que le pide cuentas... A más de uno le vendría bien que le visitaran algunos fantasmas, a ver si dejaban de hacer burradas.
ResponderEliminarBesos
Hola Elvira. ¿Sabes? No recordaba el nombre de la autora pero la foto sí. La tengo entre mis fotos preferidas. La descubrí en Estados Unidos. Viví allí un curso académico. Tiene muchísimo poder. La compré allí, en postal, y la tengo entre mi colección.
ResponderEliminarBesos
Pues hoy he descubierto lo famosísima que es esta foto. Vi muchas fotos de esta fotógrafa ayer y ésta me llamó especialmente la atención. No me extraña su fama.
ResponderEliminarYo también colecciono postales, especialmente de obras de arte (las compro en los museos que visito).
Besos
Una foto que conozco muy bien. El paradigma del rostro de la depresión. Allí están "Las uvas de la ira".
ResponderEliminarUn abrazo!
Sí, Ethan, he visto que es un icono en USA. Un abrazo
ResponderEliminarEsta fotografía me gusta mucho. Suele aparecer en los libros de historia para ilustras la crisis de los años treinta. Es impresionante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Laura: al final va a resultar que yo era la única que no la conocía, jaja!
ResponderEliminarUn abrazo
Elvira, me encanta esta fotógrafa. Si me llamó la atención que tú no la conocieses, pero oye, chica, no va a conocer a todo el mundo.
ResponderEliminarYo creo recordar que a esta misma mujer le hizo más fotos. Miraré cuando tenga un rato.
Besos agradecidos por devolverme la memoria de esta fotógrafa.
Hay muchísimas cosas interesantes que no conozco todavía (menos mal, así puedo ir deleitándome en el descubrimiento). Sí, le hizo más fotos, pero esta es la mejor.
ResponderEliminarBesos, vaquiña!
Jajaja, no era un fantasma, era que no murió. Es decir, le hizo la fotografía moribundo y lo dejó tirado, el soldado fue rescatado y llevado al hospital. El fotógrafo pensó que habría muerto ¡no le prestó ayuda! con lo que igualmente es un fantasma.
ResponderEliminarNo te apures, yo tampoco conocía a la autora ni la famosa fotografía, jaja..
Ah, si pensó que estaba muerto entonces tiene una justificación.
ResponderEliminarPues ya somos dos. :-)
Un beso
Hola Noelia: me acabo de dar cuenta de que te salté, lo siento!!! No me extraña que te apetezca pintar estas fotos. Un abrazo
ResponderEliminarEsta es una fotografía clásica de lo que se puede llamar el reportaje gráfico.
ResponderEliminarEs una fotografía que refleja el desastre de la Gran Depresión, la mirada a una América profunda y poco glamurosa.
Cierto. Y a pesar de la dureza de lo que retrata, sabe encontrar y reflejar belleza.
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