Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
domingo, 15 de agosto de 2010
Edward Hopper: Rocky Sea Shore
Rocky Sea Shore (1919), de Edward Hopper, Whitney Museum of American Art.
Nobody knows “what all Hopper carried along on his painting excursions on Monhegan. We do know that he worked on location and that he favored wood panels rarely bigger than 12 x 16 inches, the perfect size for easy carrying over the sometimes treacherous island terrain. [...] He explored the many indentations of the island shoreline, training his eye on shadows configurations, on granite outcroppings set against the blue or gray of sky or sea.”
Fue una gran suerte que Hopper se atreviera a encaramarse a pintar en las rocas de Monhegan. Quizá cabe pensar que su determinación nos regaló ese pintor fascinante de paisajes marinos de fuertes contrastes de colores, y entrenó su mirada para representar sus tan características sombras y silencios en sus cuadros de entorno urbano.
Gracias, Elvira, por obsequiarnos con esta imagen tan bella.
Elvira, me voy unos días de vacaciones fuera. Necesito desconectar del trabajo. Me llevo a este Hopper de recuerdo. Aquí estaré al regreso: son solo unos días fuera.
Como ya te comente en otra ocasión, este es un pintor que me gusta mucho.
ResponderEliminarEspero tengas unas muy buenas vacaciones.
Te alabo el gusto, Araceli. Yo te deseo lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Estupendo siempre Hopper, hasta cuando dejaba sus paisajes urbanos. Este mar es salvaje.
ResponderEliminarEs otro Hopper, ¿verdad? El mar, cuando choca contra las rocas, parece más bravo que cuando las olas mueren en la arena.
ResponderEliminar¡Buenas noches, Marcos!
Hello, my dear professor,
ResponderEliminarNobody knows “what all Hopper carried along on his painting excursions on Monhegan. We do know that he worked on location and that he favored wood panels rarely bigger than 12 x 16 inches, the perfect size for easy carrying over the sometimes treacherous island terrain.
[...] He explored the many indentations of the island shoreline, training his eye on shadows configurations, on granite outcroppings set against the blue or gray of sky or sea.”
Fue una gran suerte que Hopper se atreviera a encaramarse a pintar en las rocas de Monhegan. Quizá cabe pensar que su determinación nos regaló ese pintor fascinante de paisajes marinos de fuertes contrastes de colores, y entrenó su mirada para representar sus tan características sombras y silencios en sus cuadros de entorno urbano.
Gracias, Elvira, por obsequiarnos con esta imagen tan bella.
Gracias a ti, Enric, por esta cita tan interesante. Saludos
ResponderEliminarOh! cómo me gusta Hopper!
ResponderEliminarbesos*
Besos hopperianos hoy, querida Rayuela!
ResponderEliminarPara cuando la colección de los faros de Hopper?? son mis preferidos.
ResponderEliminarHola Adelaida: Para el 18 de Agosto de 2009:
ResponderEliminarFaros
:-))
Elvira, me voy unos días de vacaciones fuera. Necesito desconectar del trabajo. Me llevo a este Hopper de recuerdo. Aquí estaré al regreso: son solo unos días fuera.
ResponderEliminarUsted perdone, pero en esa fecha, yo creo que no era tan asidua tuya.
ResponderEliminarLo siento!!
-¡Que lo pases muy bien y que descanses, Jesús!
ResponderEliminar-Ya lo sé, Adelaida, y no importa. Pero te he dejado el enlace por si te apetecía ver los faros.