martes, 2 de marzo de 2010

El Amor La Soledad

"Lo he dicho muchas veces: si un filósofo tiene que elegir entre una verdad y la dicha -y eso puede llegar a suceder- no se puede llamar filósofo más que en la medida en que elige la verdad. Renunciar a la verdad, o a la búsqueda de la verdad, sería renunciar a la razón y, por el mismo hecho, a la filosofía. Aquí la norma prevalece sobre el fin y debe prevalecer: la verdad, para el filósofo, se antepone a la dicha. Más vale una auténtica tristeza que una falsa alegría." (p. 15-16)

"Estar aislado es estar sin contactos, sin relaciones, sin amores, y eso, por supuesto, es una desgracia. Estar solo es ser uno mismo, sin recurso a los demás, y ésa es la verdad de la existencia humana. [...]
La soledad es la regla. Nadie puede vivir por nosotros, ni morir por nosotros, ni sufrir o amar por nosotros. Eso es lo que llamo la soledad: no es más que un nombre distinto para el esfuerzo de existir. Nadie vendrá a llevar tu carga, nadie. Si se puede dar a veces la ayuda mutua (¡y es cierto que se puede!), eso supone el esfuerzo solitario de cada uno, sin lo cual -excepto en el caso de ilusiones- no podría darse. Así pues, la soledad no es el rechazo del otro, al contrario, aceptar al otro es aceptarlo como otro (¡y no como un apéndice, un instrumento o un objeto de sí mismo!), y en este sentido el amor, en esencia, es soledad. Rilke halló las palabras precisas para expresar ese amor que tanto necesitamos y del que tan raramente somos capaces: "Dos soledades que se protegen, se completan, se limitan y se inclinan la una hacia la otra"... Esta belleza suena a cierta. El amor no es lo contrario de la soledad: es la soledad compartida, habitada, iluminada -y a veces ensombrecida- por la soledad del otro. El amor es soledad, siempre, y no porque toda soledad sea amorosa, faltaría más, sino porque todo amor es solitario. Nadie puede amar en nuestro lugar, ni en nosotros, ni como si fuera nosotros." (p. 29-30)

"Quien no sabe vivir consigo mismo, ¿cómo podría saber vivir con otro? Quien no sabe habitar su propia soledad, ¿cómo podría pasar por la de los demás?" (p. 32-33)

(André Comte-Sponville, El Amor La Soledad, Paidós Contextos 2001)

28 comentarios:

  1. Cuánta verdad. Y pensar en cuántos esfuerzos baldíos hacemos por rehuir esa soledad inevitable, el único punto de encuentro con nosotros mismos. Cuántas tonterías soportamos, cuántos pasos que no tendrían que haber sido, y todo por no asumir esa condición.
    Tu entrada de hoy me viene como un guante. Me apacigua. Merci.

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  2. Es lo último que he leído, me queda la segunda mitad del libro.

    Me alegra que te haya sido útil, Leo. Un beso

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  3. Elvira, cuánta verdad encierran todas esas palabras.

    Huimos a menudo de la soledad, le tenemos un miedo terrible y creemos inutilmente que buscando compañia, forzándonos a estar con alguien e incluso obligando a ese alguien a que permanezca junto a nosotros, nos sentiremos menos solos. Y al final de todo descubres, que no es así, es más, que necesitas de esa soledad para aprender a amar, a los demás y a uno mismo.

    Una vez que se ha asumido esa soledad personal en toda sus dimensiones, podrá convivir con la de los demás.

    A mi me costó asumir todo ésto, pero finalmente lo hice, aprendí a vivir conmigo misma y por mi misma entendiendo que nadie lo haría por mi al igual que yo no podría hacerlo por nadie. Y desde ese momento las relaciones ya sean de amor, amistad,...las vivo mucho mejor.

    Besos

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  4. Hoy el amor debe haber emanado su aroma y esencia por muchos lugares.
    Que visión tan....cierta, cercana; silencio.
    Me amo, te amo

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  5. aplausos por tu entrada,Elvira!
    muy buena tu cita!

    mil besos*

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  6. Hola Sí-es: tienes mucha razón, y hasta que uno no lo pasa, no lo entiende bien.

    Besos

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  7. Hola Ofelia: Muy cierta, sí.

    Yo también te quiero, guapa!

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  8. Hola Teresa: sí, necesitamos suavidad... y firmeza a la vez (que no es dureza ni sobreesfuerzo, es otra cosa).

    Besos

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  9. ¡Gracias, Rayuela! Me alegra que te haya interesadio.

    Mil besos*

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  10. Reflexiones relativas a la búsqueda de la verdad o el sentido de la soledad, son necesarias para entender nuestros comportamientos, nuestros valores, nuetras realidades.
    Escèptico

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  11. Pienso lo mismo, Jesús. Saludos

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  12. Primero hay que aprender a convivir con uno mismo para después intentar aportar algo bueno a la vida de alguien. Es una enseñanza ésta que se tarda bastante tiempo en aprender. Hasta que no arregles tu vida no puedes arreglar la de los demás... otra buena frase que recuerdo ahora.

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  13. Hola Dana: Sí que se tarda en aprender. Yo no creo que debamos arreglar la vida de nadie, ni siquiera la nuestra, sólo vivirla de la mejor manera posible. Hay cosas que simplemente uno ha de aprender a vivir con ellas. Y a los demás, si estamos a su lado ya es mucho; echar una mano es mucho, arreglar... quizás sería demasiado, ¿no?

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  14. Aquest text sobre la soledat és un dels més lúcid i esclaridor que mai no he llegit. Se té cert refús a parlar de la soledat,a sentir-la i molt més a desitjar-la, com si fos una actitud de la que convé evitar. Jo crec que per dur que ens paregui s'ha assumir d'una per totes que som éssers solitaris, i a partir d'aquesta inqüestionable realitat viure amb honestedat la pròpia existència.

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  15. Palabras muy sabias y una definición del amor y de la soledad magnífica.
    Cuesta mucho llegar a comprender que hay que empezar por uno mismo a amarse, a comprenderse y a aceptarse para poder amar, comprender y aceptar a los demás. Cuando se es joven la soledad parece una carga horrible y después con el tiempo acabas por darte cuenta de que estamos solos ante la vida, el dolor, los sentimientos, la muerte, aunque si se pueden compartir los sentimientos en la medida de lo posible con las personas que amas. Creo que compartir las soledades es parte del amor.

    Besos!!

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  16. Hola Llum, benvinguda! Estic totalment d'acord amb tu. :-)

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  17. Aprender, aprender. Aprender a vivir, a estar solo, a conozzerse; quererse a uno mismo para querer bien a los demás.

    Aprender a dezzir adiós, a vezzes para siempre.

    Y si me perdiera en un frondoso bosque inundado de bonitas flores ???

    Caperuzzita

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  18. Hola Montse: lo explicas muy bien. Compartir, acompañar, estar ahí... pero cada uno debe vivir su vida y tomar sus decisiones en solitario, aunque al tomarlas tenga en cuenta a los demás.

    Besos!

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  19. Hola Caperuzzita: Sí, a vezzes hay que aprender a dezzir adiós para siempre. Todo lo que comentas es importantísimo.

    Y no se me ocurre un lugar mejor para perderse. :-)

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  20. Elvira, muchísimas gracias.
    Siempre, siempre, nos regalas belleza y sabiduría.

    Qué palabras tan certeras, cuánta verdad!

    Besos y hasta mañana

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  21. Hola guapa: tú también lo haces.

    Muchas gracias y besos!

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  22. El amor compartido no es lo mismo que amar en solitario.El amor es soledad, cuando no recibes nada a cambio, y esa soledad se transforma en enfermiza.
    un beso de buenas noches

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  23. Hola Adelaida:

    El amor no correspondido es algo muy triste, hay que dejar partir la fijación por la persona que no nos corresponde... por amor a nosotros mismos. De lo contrario es enfermizo, como bien dices.

    Hace bastantes años escribí esto:

    ¿Me quieres?
    Me quiero
    Ya no te espero.

    Un beso de buenas noches

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  24. Puede que sí, Elvira... lo mejor es ayudar...

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  25. Es que a mí los que me quieren arreglar la vida... me dan ganas de echar a correr.

    Buenas noches, Dana!

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  26. El amor como soledad compartida... Me gusta esa definición. Excelentes textos que invitan a una larga reflexión, querida amiga.

    La soledad está intrínsecamente unida a la naturaleza del ser humano. No me gusta que se la vea a menudo con connotaciones negativas. Supongo que mientras no se sienta uno aislado, la soledad o los momentos de recogimiento íntimo son tan necesarios como la compañía de las personas. Y a veces hasta más...

    Besos.

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  27. ¡Totalmente de acuerdo con tu reflexión, Kine! Es muy buena esa distinción que hace entre soledad y aislamiento.

    Besos, amigo

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  28. Hola Teresa: Yo necesito mi dosis de soledad y mi dosis de compañía, pero muchas veces ocurre que tienes una de las dos cosas en exceso.

    Besos

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