Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
domingo, 21 de febrero de 2010
Edward Hopper: Restaurante
Tables for ladies (1930), The Metropolitan Museum of Art
Yo me fijo en el mandil de la camareras, también en la postura de ambas, las dos están ordenando a preparando algo. La primera parece distraída, la segunda no se ve. los manteles también parecen hechos por la misma modista :) Sigo mirando y veo historias pero, de momento,no veo nada más en común.
Has vuelto a incluir uno de mis artistas favoritos, Elvira. Graciads. En cuanto a tu pregunta. Podríamos decir que algo que tienen en común es el colorido y el ambiente de restaurante. Pero, indudablemente, en lo que coinciden las dos pinturas es en la mujer agachada con el lazo a la espalda como dice Sra de Zafón. Están en ambos cuadros. Un abrazo.
Jajaja, Elvira, parece el juego de los errones ¡qué bueno! Las camareras con el lazo en el culito... ¡qué cosas tienes!
Estos dos cuadros de Hopper me han parecido algo más animados, menos sombríos ¿no?, el primero sobretodo. El segundo ya es más misterioso, con las mujeres dando la espalda (culito y todo).
yo soy más de encontrar diferencias, jajaja. me encantan también los dos: el primero de escaparate, con cajera entronada, con vitrina de cristal, platos de exposición... algo más glamuroso ¿no?, colorista, colocadito todo, "bien plantao"; el segundo de "bulla": la puerta, la camarera por medio, el bulto de la derecha... hasta la postura del brazo del caballero, los abrigos sobre las sillas... muy estrecho, muy real¡¡ besos
Elvira me encantan estos juegos, creo que ya lo dije, encontrar diferencias, similitudes... además del gusto de Hopper por los culitos respingones del servicio ;)creo que también le gusta que las señoras de sus obras lleven sombreritos, no?
Hola Sí-es: ¿A que son salados esos culitos de las camareras? Jajaja! Creo que lo de los sombreros era muy típico de los años 20-30. Imagino que él simplemente reflejaba lo que veía en la realidad en los cuadros de esos años.
Y algo que me parece muy significativo es que en los dos hay una puerta. Creo que eso le da inmediatez y movimiento al cuadro. En cualquier momento puede aparecer otro personaje.
Coincido con la mayoría: la postura de la camarera es la misma en ambas pinturas (lacito incluido). Tentado estuve de decir que se trata de la misma escena vista desde dos ángulos distintos, pero no, parece que hasta ahí no llega.
Oye, habría estado bien eso de dos cuadros que retraten el mismo escenario desde dos ángulos distintos. Es ésa una técnica muy habitual en cine, pero que no sé si se habrá hecho alguna vez en pintura...
Me encanta Hopper, y yo tengo una copia maravillosa enmarcada estupendamente del segundo cuadro (en el que está la pareja en el centro), y no me canso de mirarla por la cantidad de historias que te sugiere, ya que Hopper pintaba la soledad y la incomunicación. Ningún personaje está mirando al pintor, y a ninguno se les ve la cara de frente ni sus ojos ni sus expresiones emocionales. Son personajes a los que cada cual puede ponerles o crearles una historia. Es un cuadro por lo tanto "abierto", sugerente y melancólico.
Hola Peña: ¡bienvenida al blog! Es cierto, bajo otros cuadros de Hopper he escrito pequeñas historias, y a veces los visitantes han escrito la suya también.
Yo me fijo en el mandil de la camareras, también en la postura de ambas, las dos están ordenando a preparando algo. La primera parece distraída, la segunda no se ve. los manteles también parecen hechos por la misma modista :)
ResponderEliminarSigo mirando y veo historias pero, de momento,no veo nada más en común.
Seguiré en ello.
Besos
Me hace gracia el culito respingón de ambas camareras, con su lazo y todo, jajaja! Era una manera de hacéroslo notar, nada más. Besos
ResponderEliminarHas vuelto a incluir uno de mis artistas favoritos, Elvira. Graciads. En cuanto a tu pregunta. Podríamos decir que algo que tienen en común es el colorido y el ambiente de restaurante. Pero, indudablemente, en lo que coinciden las dos pinturas es en la mujer agachada con el lazo a la espalda como dice Sra de Zafón. Están en ambos cuadros. Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja, Elvira, parece el juego de los errones ¡qué bueno!
ResponderEliminarLas camareras con el lazo en el culito... ¡qué cosas tienes!
Estos dos cuadros de Hopper me han parecido algo más animados, menos sombríos ¿no?, el primero sobretodo. El segundo ya es más misterioso, con las mujeres dando la espalda (culito y todo).
Un besito!
Me sumo a los comentarios anteriores. Está claro que lo único que coincide es la camarera agachada. Un abrazo. A mí también me gusta Hopper.
ResponderEliminarPor cierto, Elvira, me gustaría que le echaras un vistazo a mi página: pintandoenlapantalllplateada.blogspot.com
Espero que te gusten mis pinturas.
Hola Dana: efectivamente, esas son las coincidencias. Es curioso que eligiese poner a las dos camareras en la misma postura.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Montse: Jajaja! Sí, estos dos cuadros son más cálidos y acogedores. Un beso
ResponderEliminarHola Antonio: Ya me he pasado por allí y me gustó especialmente tu retrato de Clark Gable, te dejé un comentario.
ResponderEliminarSaludos
yo soy más de encontrar diferencias, jajaja.
ResponderEliminarme encantan también los dos: el primero de escaparate, con cajera entronada, con vitrina de cristal, platos de exposición... algo más glamuroso ¿no?, colorista, colocadito todo, "bien plantao"; el segundo de "bulla": la puerta, la camarera por medio, el bulto de la derecha... hasta la postura del brazo del caballero, los abrigos sobre las sillas... muy estrecho, muy real¡¡
besos
Elvira me encantan estos juegos, creo que ya lo dije, encontrar diferencias, similitudes... además del gusto de Hopper por los culitos respingones del servicio ;)creo que también le gusta que las señoras de sus obras lleven sombreritos, no?
ResponderEliminarSaludos
Hola Pilar: muy buen estudio comparativo!
ResponderEliminarHola Sí-es: ¿A que son salados esos culitos de las camareras? Jajaja! Creo que lo de los sombreros era muy típico de los años 20-30. Imagino que él simplemente reflejaba lo que veía en la realidad en los cuadros de esos años.
Besos a las dos
Y algo que me parece muy significativo es que en los dos hay una puerta. Creo que eso le da inmediatez y movimiento al cuadro. En cualquier momento puede aparecer otro personaje.
ResponderEliminar¡Me encanta Hopper!
Un saludo, Elvira!!
Marta.
JAJAJA HUY DE QUÉ GOLFERÍA ME ACABO DE DAR CUENTA.
ResponderEliminarOs habeis fijado en el parecido del hombre del segundo cuadro con George Clooney?
^_^
Juas
Besos fijones
Bueno, ya habéis desvelado la respuesta a tu pregunta, es cierto, llaman la atención esos culitos respingones.
ResponderEliminarEn esta ocasión me gusta especialmente el segundo cuadro, me llamó la atención el blanco del mandil y los tapetes, muy Sorolla ;)
Besos
¡Muy interesante observación, Marta!
ResponderEliminarHola Femme: Pues un poco sí se parece, ahora que lo dices. :-) Aunque no es mi tipo.
Hola Vivian: Fíjate, no se me habría ocurrido pensar en Sorolla, pero es cierto que es importante el blanco y también el negro en el segundo cuadro.
Besos a las tres
Qué bien, otro Hopper! :-)
ResponderEliminarCoincido con la mayoría: la postura de la camarera es la misma en ambas pinturas (lacito incluido). Tentado estuve de decir que se trata de la misma escena vista desde dos ángulos distintos, pero no, parece que hasta ahí no llega.
Oye, habría estado bien eso de dos cuadros que retraten el mismo escenario desde dos ángulos distintos. Es ésa una técnica muy habitual en cine, pero que no sé si se habrá hecho alguna vez en pintura...
Un beso.
Pues creo que no se ha hecho en pintura, Kine, aunque no sería mala idea.
ResponderEliminarYa somos muchos los fans de Hopper. :-)
Un beso
Me encanta Hopper, y yo tengo una copia maravillosa enmarcada estupendamente del segundo cuadro (en el que está la pareja en el centro), y no me canso de mirarla por la cantidad de historias que te sugiere, ya que Hopper pintaba la soledad y la incomunicación. Ningún personaje está mirando al pintor, y a ninguno se les ve la cara de frente ni sus ojos ni sus expresiones emocionales. Son personajes a los que cada cual puede ponerles o crearles una historia. Es un cuadro por lo tanto "abierto", sugerente y melancólico.
ResponderEliminarHola Peña: ¡bienvenida al blog! Es cierto, bajo otros cuadros de Hopper he escrito pequeñas historias, y a veces los visitantes han escrito la suya también.
ResponderEliminarSaludos