Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
domingo, 7 de febrero de 2010
Conchas, piedras y arena
Conchas, piedras y arena. Fotografías: Elvira Coderch
Me gustaría pisar tu arena descalza y después bañarme en tu mar (de la entrada anterior). El mar, la mar... A mí me da vida, ¿será porque nací junto a él que necesito su aroma y su sal?
Preciosas las ilustraciones del cuento de Pulgarcito. ¿Sabes que a mi no me gustaba de pequeña? eso de que matara a sus hijas no me hacía ninguna gracia. Jamás les conté ese cuento así a mis hijas, lo modifiqué para ellas...como tantos jajajajaja.
El mar, azul y espumas. Un placer ver las fotos.
Y ahora rematas con las conchas y las piedras.
Mereces todo el tiempo que te pueda dedicar. Preciosas entradas, señorita Hada de las Flores. Besos con el ruido del mar en tus mejillas.
Hola Mercedes: Pues no te prives, adelante! Yo soy muy de mar también, pero con los años cada vez me tira más el campo. De jovencita que no me hablaran de campo, sólo quería mar.
Me pasa como a Mercedes que necesito de su aroma y sal. Tengo la suerte de poder pasear a su vera casi cada día y cuando no puedo me llama, :-) siento una especie de mono de respirar ese aire de sal, que no se calma hasta que lo consigo.
Te (me) hace mirar de otra manera al mundo (que estar delante de la pantalla y ver pasar noticias 'de fiebre', agitadas, sobre el ataque de los mercados financieros a los países sureños de Europa). Qué calma!
Me encantan las conchas y me encantan las piedras que se encuentran en la playa, fue una de las cosas que me traje desde mi tierra cuando me vine a vivir a Madrid, y me gustaron mucho las fotos, esta vez me gustan las dos por igual, la primera con el colorido de los marrones y la segunda, con esa solitaria concha blanca. La segunda tiene un halo de portada de libro con aires marinos.
Hola Vivian: me halaga que veas la segunda como portada de libro. O sea que naciste en un lugar en la costa. No me extraña que te llevases conchas a Madrid. Besos
¡Preciosas las fotos! Aunque se me iba la mano a la pantalla a por las conchas. Soy una ávida recolectora, cosas de la gente que ha crecido con el mar muy, muy lejos, supongo ;)
¡Muchas gracias! :) Bueno, no te creas que tengo una gran colección. Además son todas muy normalitas (tampoco estoy segura de saber identificar una rara...), pero son monas.
Me han traido recuerdos de la infancia, esas conchas.. mi hermana y yo las íbamos recogiendo y llenábamos el cubo de la playa con ellas, luego antes de marchar mi madre nos hacía que las volviéramos a dejar en la arena ¡qué pena, con lo que me gustaban!
Todavía huelo a mar, a verano, a Coppertone, a sal, a mejillones al vapor... Un beso a la marinera.
No tienes corazón :-(, aquí con el cielo nublado, lloviendo, a cientos de km de la playa y tú poniendonos los dientes laaaargos. Eres una chica muuuy mala. ;-)
Conchas,piedras y arena.El juego de cuando fuimos niños;nuestro más preciados tesoros.Después al llegar a casa olvidamos todas esas cosas a la orilla del mar.Magnífica metáfora de lo que fuimos y olvidamos.Sólo queda las estrellas,la noche,la luna que se mira en el mar y el rumor del oleaje que se lleva esas cosas.
Me gustaría pisar tu arena descalza y después bañarme en tu mar (de la entrada anterior). El mar, la mar... A mí me da vida, ¿será porque nací junto a él que necesito su aroma y su sal?
ResponderEliminarBesos
Vayamos por partes:
ResponderEliminarPreciosas las ilustraciones del cuento de Pulgarcito. ¿Sabes que a mi no me gustaba de pequeña? eso de que matara a sus hijas no me hacía ninguna gracia. Jamás les conté ese cuento así a mis hijas, lo modifiqué para ellas...como tantos jajajajaja.
El mar, azul y espumas. Un placer ver las fotos.
Y ahora rematas con las conchas y las piedras.
Mereces todo el tiempo que te pueda dedicar. Preciosas entradas, señorita Hada de las Flores.
Besos con el ruido del mar en tus mejillas.
Hola Mercedes: Pues no te prives, adelante! Yo soy muy de mar también, pero con los años cada vez me tira más el campo. De jovencita que no me hablaran de campo, sólo quería mar.
ResponderEliminarBesos
Hola Marina: Tampoco era de mis cuentos favoritos, pero ahora me ha gustado recordarlo, gracias a las ilustraciones de Doré.
ResponderEliminarMe encanta que te pasees por aquí. Gracias y muchos besos, brujita!
Paisajes lunares, a pesar de las conchas. Bonito, sí.
ResponderEliminarNo se me habría ocurrido, Kaplan, pero es un poco paisaje lunar si quitamos las conchas, es verdad.
ResponderEliminarGracias y saludos
Jo Elvira, qué ganas de sol tenemos!!!
ResponderEliminarMe pasa como a Mercedes que necesito de su aroma y sal. Tengo la suerte de poder pasear a su vera casi cada día y cuando no puedo me llama, :-) siento una especie de mono de respirar ese aire de sal, que no se calma hasta que lo consigo.
Besos de buenos días.
Pues sigue la llamada del mar, Chusa, tú que puedes. Es algo muy intenso.
ResponderEliminarBesos de buenos días
Te (me) hace mirar de otra manera al mundo (que estar delante de la pantalla y ver pasar noticias 'de fiebre', agitadas, sobre el ataque de los mercados financieros a los países sureños de Europa). Qué calma!
ResponderEliminarUn beso
Me encantan las conchas y me encantan las piedras que se encuentran en la playa, fue una de las cosas que me traje desde mi tierra cuando me vine a vivir a Madrid, y me gustaron mucho las fotos, esta vez me gustan las dos por igual, la primera con el colorido de los marrones y la segunda, con esa solitaria concha blanca.
ResponderEliminarLa segunda tiene un halo de portada de libro con aires marinos.
Besos
Hola Giovanni: Yo también prefiero las conchas en la arena al ataque de los mercados financieros... suena terrible.
ResponderEliminarUn beso
Hola Teresa: El mar es donde empezó la vida. Un saludo marino
ResponderEliminarHola Vivian: me halaga que veas la segunda como portada de libro. O sea que naciste en un lugar en la costa. No me extraña que te llevases conchas a Madrid. Besos
ResponderEliminar¡Preciosas las fotos! Aunque se me iba la mano a la pantalla a por las conchas. Soy una ávida recolectora, cosas de la gente que ha crecido con el mar muy, muy lejos, supongo ;)
ResponderEliminarSi pudiera te las daría, Cristina. Supongo que ya tendrás una buena colección.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :) Bueno, no te creas que tengo una gran colección. Además son todas muy normalitas (tampoco estoy segura de saber identificar una rara...), pero son monas.
ResponderEliminarYo no entiendo nada de conchas. Son muy bonitas, hasta la más sencilla me gusta.
ResponderEliminarMe han traido recuerdos de la infancia, esas conchas.. mi hermana y yo las íbamos recogiendo y llenábamos el cubo de la playa con ellas, luego antes de marchar mi madre nos hacía que las volviéramos a dejar en la arena ¡qué pena, con lo que me gustaban!
ResponderEliminarTodavía huelo a mar, a verano, a Coppertone, a sal, a mejillones al vapor...
Un beso a la marinera.
Comprendo que te diera pena, pero también entiendo a tu madre: no debía querer más cosas por la casa.
ResponderEliminarUna de las cosas que todos comentamos al hablar del mar es su olor. Es fantástico. Un beso marino
Mmmmm me encanta el mar....
ResponderEliminarven al mio... veo que te agrada tambien...
abrazos...
Hola Jose: Bienvenido. Voy a visitar tu mar de Málaga. Un abrazo
ResponderEliminarel mar nos deja maravillas....
ResponderEliminarbesos*
Es verdad, Rayuela. El mar da sin cesar, espero que no le quitemos demasiado.
ResponderEliminarBesos
Elvira,
ResponderEliminarNo tienes corazón :-(, aquí con el cielo nublado, lloviendo, a cientos de km de la playa y tú poniendonos los dientes laaaargos.
Eres una chica muuuy mala. ;-)
Besos
Huy, no nos tengas envidia, que hoy hace un día muy feo, jaja!
ResponderEliminarbesos
Conchas,piedras y arena.El juego de cuando fuimos niños;nuestro más preciados tesoros.Después al llegar a casa olvidamos todas esas cosas a la orilla del mar.Magnífica metáfora de lo que fuimos y olvidamos.Sólo queda las estrellas,la noche,la luna que se mira en el mar y el rumor del oleaje que se lleva esas cosas.
ResponderEliminarBesos de mar.
Y mejor que lo olvidásemos en la orilla, si no entre todos habríamos dejado las playas sin conchas, sin encanto.
ResponderEliminarEso que dices me hace pensar que a ver si algún día sé hacer una buena foto nocturna de la luna reflejada en el mar. Me encantaría.
Besos de mar