-¿A qué hora dijo Johnny que vendría a recogernos?
-A las 8.30, querida. Todavía faltan cinco minutos.
-Estoy inquieta. ¿Crees que nos gustará esa chica?
-A ver, ¿no querías que tu incorregible hijo sentara la cabeza de una vez?
-Sí, pero eso de que sea bailarina no me hace ninguna gracia.
-A mí lo único que me preocupa es que ellos se lleven bien, nada más.
-Hola, Papá, Mamá... Ah, ¡pero si estáis todos juntos! Isabel, cariño, tú siempre leyendo. Os presento a mi novia: ¿A que es una rubia guapísima?
Adoro a Hopper.
ResponderEliminarY me pareció estar leyendo a Sallinger...excelente post!
mil besos*
-Glups
ResponderEliminarBuenísimo diálogo, Elvira
Que conste que hoy estaba pensando en que hacía mucho que no nos regalabas una historia de estas y te la iba a pedir. Te has adelantado. Besos ahora sí me voy a la cama.
¡Por dios una bailarina...que encima lee! ¡lagarto, lagarto!.
ResponderEliminarEl cuadro es una pasada.
Un beso H de las F.
(Tengo que buscarte un nombre menos largo je je)
Yo también adoro a Hopper, pero ya me quedan pocos cuadros por colgar en el blog. ¡Mil gracias, Rayuela!
ResponderEliminarHola Chusa: Faltaba el "Glups", jajaja! Ayer me echaron un cumplido por mis historias con Hopper y eso me animó a escribir otra cortita. :-)
Hola Marina: imagínate, una bailarina guapa que encima lee!!! Jajajaja! La madre de Johnny no podrá decir ni pío.
Un nombre más corto... ¡Elvi!
Besos a las tres
Buenos días.
ResponderEliminarMe quedo con el diálogo
¡¡¡Genial!!!
Un abrazo
-¿Se puede saber qué estamos haciendo aquí,Johnny?
ResponderEliminar-Pues la verdad, ahora que lo dices,no lo sé.
-No empecéis de nuevo-dijo airadamente la chica rubia que leía.
Los ancianos pidieron disculpa por haberla sacado de la lectura.
-Johnny-dijo la anciana en un susurro-.Tengo miedo.
-Yo también,querida.
La chica rubia volvió a levantar la mirada del libro.
-Papá,mamá.Me han dicho que en esta residencia se está muy bien.Y ahora callaros que no me dejáis leer.
Besos y un fuerte abrazo,querida Elvira.
¡Muchas gracias, Luna! Un abrazo
ResponderEliminarHola, Francisco:
ResponderEliminar¿O sea que en vez de un hotel es una residencia de ancianos? Y los han llevado engañados a los pobres. ¡Vaya con la rubia! Tremenda.
Gracias por tu historia, amigo.
Besos y un fuerte abrazo
Muy bonita escena, y es que ademas hay cuadros que casi parecen fotografias, que arte!!!
ResponderEliminarSobre lo del Lago de Sanabria te voy a dejar un enlace, perdona mi osadia a enlazarte una entrada a mi blog pero en ella verás otro enlace dirigido a un blog amigo con toda una documentacion completisima sobre lo que allí ocurrió.
bajo las aguas, in memoriam
Mil biquiños :)
¡Mil gracias, Merce!! Osadía ninguna, al contrario. Ahora tengo que irme pitando, pero esta noche lo leeré con mucha atención.
ResponderEliminarMil besos (queda más gracioso lo de biquiños :-))
Elvira me ha encantado el dialaogo,y de Hopper mejor ni hablar es uno de mis preferidos, me recuerda los relatos de un libro que estoy leyendo Se titula las historias secretas que Hopper pinto ,hay algunos de lo scuadroa que tu has dejado aqui con las consigueintes relatoss relacionadoss con la pintura.Seguro te gustara.En mi blog de la esfera de ababol subi un fragmento del libro.Se llama Once de la mañana
ResponderEliminarHooper siempre cuenta historias. Esta tuya me ha gustado. Si hubiera por aqui un psicologo interpretaria tu historia con respecto al cuadro, je, je.
ResponderEliminarHooper con frecuencia pintaba cuadros de mujeres leyendo y escenas de hoteles. Buenisimo ilustrador tambien.
-¡Oh, Jhonny, no sabía que fueran tus padres!- dijo la joven - de haberlos conocido me habría acercado a saludarlos, ya hace rato que te esperamos.
ResponderEliminarDijo esto mientras cerraba el libro y lo dejaba en el sofá. Luego se adelantó hacia la señora y después de darle dos besos, uno en cada mejilla, exclamó.
-Encantada de conocerla, Sra. Hopper. Lleva usted un vestido precioso!
-¿De veras te gusta, querida? a Eduard no le parecía el más adecuado para la ocasión ¡muy llamativo, me dijo!
-En absoluto, es perfecto.
El Sr. Hopper y su hijo se miraron sonriéndose el uno al otro.
Elvira, te felicito por el ingenioso diálogo. Es una delicia.
ResponderEliminarHola Odel: Vi una de tus entradas dedicadas a Hopper, no sé si has hecho más. Seguro que me gustaría ese libro. De hecho tengo uno que me recomendó al amigo Francisco, de Mark Strand, pero decidí leer solamente las explicaciones de los cuadros que ya hubiese colgado en el blog. Así cuando pongo uno nuevo mis impresiones son solo mías, no están influidas por nada que haya leído antes.
ResponderEliminarVoy a visitar esa entrada de nuevo. Un beso
Hola Ana: sería divertido ver qué interpretaría un psicólogo. Yo tengo la sensación de que son los personajes los que hablan, no yo, jaja!
ResponderEliminarHola Montse: ¡Cómo te pega ese final feliz!!! Gracias por tu historia. Un beso
ResponderEliminarHola Felipe: me alegra que te guste, gracias!!
ResponderEliminarNo Elvira no tengo ninguna mas, no s esi subire alguna otra,son todas tan bonitas que me cuesta decidirme,por otra lado tengo tambien las tuyas que leo aqui
ResponderEliminarA mí me parece ue la rubia se está haciendo la "sueca"...
ResponderEliminarHola, Odel: He encontrado otra entrada en tu blog!!!
ResponderEliminarHola, Ana: Jajaja! Pues podría ser sueca perfectamente, además de hacerse la ídem.
Pero bueno, Elvira! Qué sorpresa leer tus relatos breves acompañando a Hopper y a una de sus rubias.
ResponderEliminarEste hombre pinta cinematográficamente.
Hola, Susana: Hace poco también escribí algo acompañando una foto que hizo mi hija en Tailandia. Me divierte. :-)
ResponderEliminarSí que pinta cinematográficamente. Incluso dicen que algunos directores de cine, como Hitchcock, se han inspirado en algunos de sus cuadros.
Uff, rectifico "Hopper"
ResponderEliminarJajajajaja, qué bueno, me encanta cuando haces esto co los cuadros. Luego, si vuelvo a verlos, me acuerdo de la historia, jajajaja
ResponderEliminarUn besico
Hola Ana: Yo no sé por qué en los comentarios a todos se nos escapan más faltas. Ayer puse un acento rarísimo que nunca pongo. :(
ResponderEliminarHola Femme: espero que esto no sea como cuando nos desgracian una pieza de música clásica poniéndola en un anuncio, y ya siempre oyes el mensaje del anuncio cuando pones ese disco. Me da rabia. En la marcha nupcial ya siempre oigo: "Case su ropa con Persil" (ah, ¡qué mayor soy, jajaja!).
Besos a las dos