Este título nombra dos de mis principales intereses, pero hay más: la música, el arte, la psicología, y todas las profesiones u oficios que contribuyen a mejorar las condiciones de vida o el entorno.
el orégano común crece en nuestra sierra, por detrás del cortijo lo tengo silvestre... lo pongo boca abajo atado en la despensa y cuando se seca lo desmenuzo y guardo en botes, para las pizzas, carnes, y hasta la paella.
Hola Pilar: el silvestre debe ser más sabroso, seguro. El de la foto no era especialmente aromático, en cambio la albahaca que he tenido en jardineras y en macetas era fantástica, la cortas y la pones fresca en ensaladas y pasta, mmmmm...
Por aquí tenemos la suerte de verlo crecer de forma silvestre y es una pasada cuando lo rozas o pisas sin querer y emana ese intensísimo aroma tan peculiar e inconfundible... Me encanta!! Saludos
Que buen retrato del orégano, no es muy comun verlo en flor, sin embargo casi no se concibe la comida italiana sin él. Me gusta, el orégano y las fotos Un besico
Gracias por la aclaración, Pilar. A mí para el pescado me encanta el hinojo (brotes tiernos que luego congelo y pico como si fuera perejil) y el eneldo. El salmón con limón, hinojo y una pizca de sal en el horno está riquísimo. Todavía me queda hinojo del que cogí en primavera. Sí que hace ilusión incorporar a los guisos lo que has recogido tú en el campo.
el orégano común crece en nuestra sierra, por detrás del cortijo lo tengo silvestre...
ResponderEliminarlo pongo boca abajo atado en la despensa y cuando se seca lo desmenuzo y guardo en botes, para las pizzas, carnes, y hasta la paella.
saludos
Nunca había visto la flor del orégano, es bonita, muy bonita.
ResponderEliminarHola Pilar: el silvestre debe ser más sabroso, seguro. El de la foto no era especialmente aromático, en cambio la albahaca que he tenido en jardineras y en macetas era fantástica, la cortas y la pones fresca en ensaladas y pasta, mmmmm...
ResponderEliminarSí que es muy bonita, Luna.
Un beso a las dos
¡Anda! Nunca había visto el orégano vivo y ni siquiera me había planteado cómo sería, pero desde luego no me lo habría imaginado así.
ResponderEliminar¿Entonces lo que comemos es la flor seca?
Cristina: No, comemos las hojas secas, que yo sepa. :-)
ResponderEliminarPor aquí tenemos la suerte de verlo crecer de forma silvestre y es una pasada cuando lo rozas o pisas sin querer y emana ese intensísimo aroma tan peculiar e inconfundible... Me encanta!!
ResponderEliminarSaludos
Te doy la razón, me encantaría verlo silvestre. A ver si haces alguna foto la próxima primavera, Ramuol. Saludos
ResponderEliminarQue buen retrato del orégano, no es muy comun verlo en flor, sin embargo casi no se concibe la comida italiana sin él.
ResponderEliminarMe gusta, el orégano y las fotos
Un besico
A mí también. Y no sólo me gusta en la pasta, sino también en arroces y aliños. Un besico
ResponderEliminarcuando ya está seco, se desmenuza sin distinguir flor de hojas, incluso pequeños tallos... y todo a la cazuela.
ResponderEliminarcomo dice Ramuol, el orégano silvestre tiene muchísimo aroma, uhmmmm... riquísimo¡¡
como yo lo tengo al alacance pues lo incluyo además de con la pasta, con la carne asada, el arroz blanco, la paella incluso el pescado ¡¡¡
además me hace mucha ilusión incorporar algo cogido en el bosque...
Gracias por la aclaración, Pilar. A mí para el pescado me encanta el hinojo (brotes tiernos que luego congelo y pico como si fuera perejil) y el eneldo. El salmón con limón, hinojo y una pizca de sal en el horno está riquísimo. Todavía me queda hinojo del que cogí en primavera. Sí que hace ilusión incorporar a los guisos lo que has recogido tú en el campo.
ResponderEliminarNo conocía la planta del orégano ¡es muy bonita la flor que hace!
ResponderEliminarA mí el olorcillo de orégano lo asocio a la pizza ¡Ummm, qué rica!
Hace mil años que no tomo una rica pizza, tengo mono...
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