Cactus de Pascua (Rhipsalidopsis sp.). Foto: Elvira Coderch.
La Regla de Oro: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” debe equilibrarse con la Regla de Plata: “Hazte a ti mismo lo que te gustaría que te hicieran los demás”. Sam Keen
Uffff, pues yo creo que es más difícil aplicar la regla de Plata que la de Oro.
ResponderEliminarGeneralmente, nos ponemos al final de la cola cuando se trata de eso. Nos juzgamos con mucha más severidad que a los demás, nos exigimos más, perdonamos a otros pero nos cuesta perdonarnos a nosotros mismos, ponemos una sonrisa al mundo mientras la procesión va por dentro.
No sé si eso nos hace mejores o simplemente injustos. Puede que sea un problema de objetividad, de ponernos en nuestros propios zapatos y mirarnos como si fuésemos un extraño.
Desde luego, es una regla muy innovadora que habría que tener en cuenta.
Besos.
Pues yo creo que algunas personas encuentran muchísima más dificultad en la primera regla, pero el desequilibrio por cualquiera de los dos extremos me parece igualmente perjudicial. Es igual de malo que seamos injustos con el otro que con nosotros mismos. Aunque los demás están mucho más cómodos cuando no nos tenemos en cuenta, a menos que nos quieran. :-)
ResponderEliminarBesos
Hola Elvira, yo la conocía como "no hagas lo que no quieres que te hagan", es lo mismo que la regla de oro pero al revés. y tambíen creo que la regla de Plata es más difícil de llevar a cabo, porque como dice Lo, somos muy exigentes con nosotros mismos, no se puede generalizar, pero en algunos casos es casi una enfermedad.
ResponderEliminarEn cualquier caso debemos querernos y querer a las personas que te quieren, cuidarse a si mismo y cuidar la amistad o el amor de quien te lo da.
Besicos
De acuerdo, Pili, pero creo que hay muchas personas que piensan siempre antes en sí mismas que en los demás. Todos lo hemos experimentado, ¿no? Y cuando se une el hecho de que la persona es muy exigente consigo misma y está rodeada de egoístas, es un infierno.
ResponderEliminarTodo lo bueno hay que cuidarlo muy bien, no darlo por sentado nunca.
Besicos
Ahhhhhh, ¡cómo me gustaaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarsí, ya lo creo; me parece que voy a empezar a ponerla en práctica, porque ... como no nos hagamos notr@s las cosas...
Sí , si, me ha encantado. Es la primera vez que la oigo, pero : mola que pa qué
^_^
Decía Confucio:"No esperes nada de los demás y exígente mucho a tí mismo." Y creeme,mi querida amiga,creo que es la mejor opción,no porque lo diga Confucio,sino que te lo exige la vida.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Todo es muy bonito sobre el papel, pero tan poca gente lo pone en práctica...
ResponderEliminarLo mejor es lo que dice Pili, no hagas lo que no quieras que te hagan.
O simplemente no hagas nada malo. Y no pienses si los demás hacen o deshacen.
besos
Hola femme: a ti te gusta tanto como a mí, pues. ^_^
ResponderEliminarHola Francisco: sí, es verdad lo dice Confucio, pero sin pasarse, que el exceso de autoexigencia es muy malo, acaba siendo machaque.
Hola Fandestéphane: pues dejemos a los demás, pero para las personas demasiado autoexigentes lo de tratarse a uno mismo como te gustaría que lo hicieran los demás, es muy sano, mucho!!!
Besos a los tres
Qué difícil las dos. Me quedo rumiando ambas.
ResponderEliminarBesossssss
Hola Leo:
ResponderEliminarYo creo que a lo que podemos aspirar es a tender a lo sano, a lo bello. Alcanzarlo y quedarse allí instalados es de dioses, más que de humanos. Besos