"Aprendiz de todo, maestro de nada". "Quien mucho abarca, poco aprieta".
Tengo un pequeño conflicto con eso. Por un lado me gusta el trabajo bien hecho, el conocimiento profundo, el amor por el oficio... y por otro lado me interesan demasiadas cosas.
Mi solución es coleccionar música, imágenes de arte, fotografías, frases que me emocionan o definen las cosas con gran acierto. Así que podríamos decir que soy "experta" en encontrar maravillas hechas por otros y apreciarlas. Como un sabueso que va olisqueando por todos los rincones y se emociona cuando encuentra un hueso o desentierra un tesoro... que luego enseña con satisfacción, moviendo el rabo.
¿Y el inglés? ¿Y las flores? (Son las dos cosas que más he estudiado).
El inglés: me encanta como vehículo, como puerta que me abre a tantos mundos, adoro su sonido, su fonética, etc... pero me habría aburrido si hubiese estudiado más de lo que estudié para así convertirme, por ejemplo, en profesora de inglés en la universidad. Ya sabía suficiente para mi gusto... ¡a otra cosa!
Las flores y plantas medicinales: aquí me pasa un poco (y salvando las distancias!!) como a Sócrates, que mientras más las estudio e investigo, menos segura estoy de nada. No me gustan las definiciones cerradas de sus propiedades y usos. La experiencia me dice que a veces no funcionan para lo que se supone que deberían funcionar, y en cambio, de pronto, sirven para otra cosa que no esperaba. Me maravillo, pero cada vez me cuesta más definirlas.
Así que... a seguir aprendiendo. Yo encantada, pero a veces estaría más cómoda instalada en certezas.
Nota: Rif me ha pedido salir en este blog (por alusiones a su genio). Hay fotos mucho mejores de él, pero me gusta ésta porque mira atento, expectante: ¿qué estará pasando por ahí? Investiguemos...
Hay otro refrán que dice: "el saber no ocupa lugar" Te animo a que sigas investigando y aprendiendo de todo lo que te apetezca. Saludos
ResponderEliminarQuizás no ocupe lugar, pero aprender una cosa nueva desde luego te quita tiempo de profundizar en otra que habías empezado antes. De todas formas, sigo tu consejo, es lo que va con mi naturaleza. Saludos.
ResponderEliminarQué bien te comprendo, Elvira. Es la maldición de los que somos curiosos, que, en cierta forma, estamos condenados a la mediocridad. Extensión y poca profundidad.
ResponderEliminarPara mí controlarme y conformarme es un reto diario.
Un abrazo.
Sí, está claro que no se puede profundizar en muchas cosas a la vez. Pero no sé... no me considero superficial, y por lo que te voy conociendo tampoco me lo pareces tú, en absoluto. ¿Podríamos decir que a veces una visión panorámica puede ser más certera que una visión prolongada siempre desde el mismo ángulo? Al observar la realidad desde distintos lugares, no obligatoriamente se ve menos. Se puede ver más.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Aprender cosas nuevas, descubrir, mariposear en las cosas que me interesan, que no son todas, no me parece tan dramático.
ResponderEliminarCreo, por el contrario, que ser erudito te cierra los ojos al mundo que te rodea.
Comparto tu opinión, Elvira, de que se tiene que seguir siendo una misma, sin más.
Me gusta Rif!
Un beso.
No, no es dramático. Sólo que se crea a veces un conflicto de prioridades.
ResponderEliminarSí, yo también he conocido a algunos eruditos muy cerrados al mundo que les rodeaba. Supongo que hay diferentes clases de sabiduría... igual que ahora se habla tanto de la inteligencia emocional, y antes parecía que sólo había una clase de inteligencia.
Me alegro de que te guste Rif, yo crecí con él y era muy listo y muy divertido. Esa foto debe ser de hace 35 años, ¡imagínate! Un beso.
Detenerse sólo en una cosa permite profundizar (tal vez hasta el aburrimiento), pero te dejas demasiado en el camino. Y hay que preparar más de una tabla de salvación para los tiempos duros :-)
ResponderEliminarSoy de gatos, pero ese bicho tuyo me encantó, tiene pinta de simpático.
Besotes.
Totalmente de acuerdo, Ana. En cuanto a Rif, si le caías bien, era genial. Pero ¡ay! si no era así, tenía un genio terrible.
ResponderEliminarBesos.
Pueeees... yo prefero no ser maestra de nada. Siendo aprendiz siempre estás llevándote sorpresas (sobre todo si no tienes una memoria infalible), siendo maestra se supone que ya te las has llevado todas.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Cristina. ¡Qué terrible creer que ya lo sabe uno casi todo! Aburridísimo.
ResponderEliminarY como soy coleccionista de frases, vuelvo a una de Machado que ya cité en otra entrada: "Los hombres que están siempre de vuelta en todas las cosas son los que no han ido nunca a ninguna parte." (Juan de Mairena)
Sigo... De todas formas admiro a aquellos que dedican mucho tiempo y amor a un oficio, sacrificando otras actividades. Logran una maestría que no se puede conseguir abarcando demasiado.
ResponderEliminarLes admiro más a ellos que a los eruditos. Es que erudito no es lo mismo que sabio, y como decía antes, creo que hay muchas clases de sabiduría.
Estimada Elvira:
ResponderEliminarEsos dos refranes me los decía mi abuelo, constantemente, cuando yo era pequeña, porque no paraba y todo me interesaba.
Con el tiempo, pienso que uno y sus circunstancias te llevan poco a poco a ser maestra de algo, pero no por eso dejarás de ser eterna aprendiz, pues la curiosidad innata nos arrastra.
N.b.: con respectoa tu última entrada y sabiendo que te gusta la fotografía, yo no entiendo apenas, pero sé que mi cámara canon, anterior a la digital, hace mil veces mejores fotos, manejando uno el diafragma, velocidad etc.
Un cordial saludo
Muy bien dicho, Morgenrot.
ResponderEliminarRespecto a la cámara digital: yo tuve una Nikon F con la que hice buenas fotos, mejores que con mi última digital compacta, pero ya no puedo con el peso ni con el trajín de cambiar los objetivos. Necesito calidad y comodidad, a ser posible. La compacta que me han recomendado también se puede utilizar de forma manual (diafragma, velocidad, foco). Gracias y un beso.