"Se abrigaba en aquellos años la esperanza de lograr un acercamiento al ideal del Estado tolerante y respetuoso con las diferencias individuales, con la libertad de las opiniones y con la independencia de los ciudadanos; del Estado no opresivo, y dispuesto a aumentar en lo posible el grato disfrute de la libertad. Ideal bellísimo, pero frágil: por las condiciones de independencia, generosidad, amplia inteligencia, austera conducta y esforzada vigilancia que dicho ideal exige de quienes se entreguen a su servicio; por la natural oposición que despierta en todos los individuos y grupos privilegiados; porque las armas de discusión y persuasión que maneja, sólo muy lentamente pueden abrirse camino; y porque está expuesto a los continuos ataques de dogmáticas definiciones, o a los violentos empujes de impaciencias reformadoras, que con sus opuestos e infecundos métodos de opresión y de revolución, logran malograr los mejor dirigidos y más nobles esfuerzos. [...]
Esperemos, pues, el final desarrollo de nuestra empresa. Volvamos amorosamente los ojos a nuestra Colina de los Chopos... no lamentando una esperanza perdida, sino con ánimo confiado de que la brillante promesa se cumplirá en lo futuro."
Extracto del texto «Cincuentenario de la Residencia de Estudiantes (1910-1960). Palabras del Presidente de la Residencia, Alberto Jiménez Fraud». Oxford, 1960 (edición privada). Boletín Residencia n. 1
Pero por muchos que sean los ataques de dogmáticas definiciones, por muy violentos que resulten los empujes de impaciencias reformadores, por mucha oposición que despierte ese frágil ideal, esas palabras que sintetizan la esencia de la búsqueda del saber siempre permanecen y son más fuertes que los lobos que las cercan. Su éxito nunca se medirá con los mismos parámetros que tiene la jauría humana que busca el poder, el beneficio por encima de todo, el éxito fácil cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
ResponderEliminarNunca se malograrán los nobles esfuerzos de la búsqueda del conocimiento y la sabiduría.
En realidad se puede malograr una parte del esfuerzo (no somos dueños del fruto de la acción, dice el Bhagavad-Gita, texto sagrado hindú), pero siempre queda huella profunda de todo trabajo acometido con nobles ideales y dedicación sincera.
ResponderEliminar