sábado, 28 de agosto de 2010

Ashes and snow (IV)





Ashes and snow (Cenizas y nieve), de Gregory Colbert.

10 comentarios:

Enric Batiste dijo...

¿Seguimos conviviendo las edades de nuestra humana prosapia? ¿Sabemos convivir en nuestra Tierra madre? Y a partir de este preciso instante, ¿SABREMOS convivir y cuidar el mundo?...

Marcos Callau dijo...

Estupendas fotografías, me han encantado. Lo cierto es que cuando he visto la imagen en pequeñito desde mi blog creía que era la fotografía de una gárgola con forma de mono pero luego he comprobado que no. Me ha gustado mucho.

marce dijo...

Que fuerza tienen las fotos. Son de una quietud pasmosa, como extraidas de una mente viajera para posar entre lo humano y el origen.
Sin duda el autor me recuerda a un fotógrafo, de cuyo nombre no me acuerdo, mezclaba a los aborígenes africanos con los útiles de occidente.

bon dia

Elvira dijo...

Hola Enric: es importante que demos una buena respuesta a las preguntas que haces. Y que actuemos en consecuencia.

Hola Marcos: la postura un poco encorvada de las gárgolas se parece a la de los chimpancés.

Hola Marce: es verdad que tienen mucha fuerza y quietud a la vez. Creo que no conozco al fotógrafo que mencionas, no me suena.

Saludos a los tres

Isabel dijo...

Preciosas fotos. Parece que nuestro origen vela los sueños.

Un abrazo.

Elvira dijo...

¡Qué buena tu frase, Isabel!

Un abrazo

NáN dijo...

¡Ay, ay, ay! Tengo Internet a pedales. Solo veo la primera foto y los textos. Bueno, la primera merece la pena.

Elvira dijo...

Puse la que más me gustaba la primera, NáN.

Miguel Baquero dijo...

Preciosas fotografías, pero, ¿sabes qué?, por un momento tuve la idea de que las personas retratadas dentro de los barcos estuvieran en realidad plácidamente muertas, y que la barca fuese aquella famosa con que los muertes pasaban a la otra orilla y el simio el célebre Caronte. Ya sé que es un fogonazo a lo mejor estúpido y una comida de tarro, está sí, tonta, pero quizás, trabajada, podría salir de ella algún cuento.

Elvira dijo...

¡Qué bueno, Miguel! ¿Te animas a escribir ese cuento?